"El 'lawfare' también es una estrategia de represión", dice
BARCELONA, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
La presidenta del Parlament, Laura Borrs, ha avisado este viernes de que la corrupción puede convertirse en "una arma para combatir la disidencia política" y que poder extinguirla es un objetivo más alcanzable en aquellos países en que la separación de poderes está consolidada como una de las piedras angulares del estado de derecho.
"En democracias viciadas con tics autoritarios, a veces la corrupción también puede dejar de ser un problema que es necesario eliminar y convertirse, de manera perversa, en una arma para combatir la disidencia política", ha asegurado en su intervención al inicio de la segunda Cumbre contra la Corrupción en el Parlament.
Para Borrs, que se encuentra a las puertas de que se le abra juicio oral por presunto fraude en 18 contratos menores cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), "el 'lawfare" también es una estrategia de represión y, demasiado a menudo, consigue ensuciar, con la corrosiva mancha de la corrupción, a los adversarios políticos".
La presidenta del Parlament, que no ha mencionado durante su discurso su caso personal, se ha referido en muchas ocasiones a las prácticas del 'lawfare' en referencia a su causa en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), y ha proclamado su inocencia, negándose a dimitir al frente de la cámara.
En su opinión, los estados menos corruptos son los estados más democráticos, por lo que ha llamado a los participantes en la cumbre a trabajar para avanzar en el objetivo de que la democracia sea el mejor sistema político, y no conformarse en que es el menos malo de los sistemas y en sus imperfecciones.
"LA DEMOCRACIA TAMBIÉN ESTÁ ASEDIADA"
Y es que, según Borrs, aunque la democracia sea el menos malo de los sistemas políticos, siempre puede empeorar: "La democracia también está asediada, y ayer vivimos una muestra de ello hasta bien tarde en el Parlament", en referencia a la decisión de la mayoría independentistas de la Mesa de asumir las actas del voto delegado del exconseller Lluís Puig.
"Prevenir la corrupción siempre es mejor que curarla", ha defendido Borrs, que ha reivindicado el compromiso del Parlament en la lucha contra las malas prácticas, y en consecuencia en la voluntad de perfeccionar la democracia.
Tras advertir de la corrupción erosiona la confianza de los ciudadanos en las instituciones, ha destacado que la democracia se refuerza y preserva cuando se asocia con eficacia y transparencia, y se desgasta cuando se vincula "con prácticas que desacreditan las instituciones y, por extensión, conllevan una deslegitimación de todo el sistema".