BARCELONA, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Cinema Maldà, considerada la sala de pantalla única más antigua de Barcelona tras su inauguración en diciembre de 1945, ha realizado un llamamiento de ayuda tras ver peligrar su supervivencia por las dificultades para afrontar los costes de mantenimiento y los derechos de proyección.
Se trata de una situación "insostenible" para el cine del barrio Gótico, que en ocasiones cuenta con un público diario inferior a las 15 personas para las 6 ó 7 películas que tiene en cartelera, según ha informado el cine a través de su newsletter.
Con la intención de no desaparecer como el resto de "la estructura comercial y cultural del barrio", la sala ha organizado acciones como películas sorpresa, ciclos de monólogos y promociones, pero han afirmado que aún no han visto recompensados sus esfuerzos.
El equipo, que cuenta con el apoyo de los propietarios del local, ha atribuido el problema a que "la experiencia de ir al cine está devaluada y la mayoría de espectadores la perciben cara", a pesar de contar con precios de 4 euros para todas las sesiones del miércoles y 5 euros para el martes.
Por este motivo, han solicitado la ayuda del público, a través de "pequeños granos de arena" como acudir más a menudo a la sala, difundir su situación o convertirse en 'patrón' del cine, adquiriendo un carné anual con tarifa plana para las proyecciones.
'ONE MAN SHOW'
Un equipo reducido se encarga de la sala --así como de sus negociaciones con las distribuidoras y la comunicación--, liderado por el encargado y programador, Xavier Escribà, que empezó limpiando los cristales de las Galeries Maldà, y su ayudante, Natalia Regás, que ha aprendido de su maestro "como Totó de 'Cinema Paradiso'".
Trabajan con una política de funcionamiento 'one man/woman show' ("una persona por espectáculo" en inglés), impuesta por necesidad, que implica jornadas de 15 horas diarias a cargo de un trabajador que lleva a cabo todas las tareas: la taquilla, la proyección, la acomodación y la limpieza.