Participan en el coloquio 'Dos ciudades de vanguardia' de 'La Vanguardia' y EY
BARCELONA, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha abogado por un sistema fiscal "fuerte" mientras que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha defendido no subir impuestos, este miércoles en el coloquio 'Dos ciudades de vanguardia' de 'La Vanguardia' y EY, moderado por el periodista Enric Sierra.
Al debate han asistido caras conocidas del mundo político y empresarial, como el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre; el exdiputado del PSOE en el Congreso, Eduardo Medina; el exconseller de la Generalitat Santi Vila; el ceo de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, o al portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera.
Almeida ha destacado que subir los impuestos en Madrid "no genera automáticamente que haya un aumento de actividad económica, en todo caso un decrecimiento".
Ha calificado a Madrid de "capital desde el punto de vista fiscal" y ha aclarado que desde el gobierno municipal no hacen 'dumping fiscal' sino que, textualmente, aprovechan el marco del Estado Constitucional y del Estado de las autonomías para tomar decisiones de carácter fiscal.
UN SISTEMA FISCAL "FUERTE"
Sin embargo, Collboni ha dicho que defiende un sistema fiscal fuerte porque defiende un sistema del bienestar también fuerte, y un sistema de redistribución de la riqueza que es "perfectamente compatible con la competitividad y con tener un tejido productivo dinámico y vibrante".
Ha señalado que está "en contra de que los marcos legislativos españoles y europeos permitan que haya competitividad a la baja en el sistema fiscal" porque, ha afirmado, va en detrimento de los servicios públicos y del sistema del bienestar del país y de los países de la Unión Europea.
Almeida ha considerado que la capital española ha ejecutado mejores políticas fiscales que Barcelona y Catalunya: "Tenemos una receta que no es sólo impuestos bajos y competitividad fiscal, va mucho más allá".
COMPETENCIAS EN SEGURIDAD
Tanto Almeida como Collboni han situado el fenómeno de la multirreincidencia como un problema para abordar en sus ciudades, aunque han señalado a administraciones superiores como los máximos responsables de esas competencias: a la Generalitat en Catalunya, y al Gobierno central en el caso de Madrid.
Almeida ha dicho que los temas de la seguridad y la convivencia son comunes en todas las grandes ciudades, por lo que ha pedido mecanismos específicos en grandes urbes para que haya recursos suficientes en esa materia, poniendo como ejemplo la dificultad de cubrir una veintena de plazas de la policía local de Madrid por normativas supramunicipales.
El alcalde de Madrid ha matizado que su ejecutivo no aspira a tener más competencias en seguridad, pero ha remarcado la necesidad de tener una mayor cooperación entre la policía local y los cuerpos de seguridad del Estado, ampliando las funciones de los agentes del Ayuntamiento para que hagan actuaciones más eficaces.
Collboni ha coincidido en que se debería aumentar la cooperación entre cuerpos y ha reiterado la obligación de los gobiernos municipales de instar a administraciones superiores a actuar porque, a su juicio, los ciudadanos a quien rendirán cuentas de la seguridad será a los ayuntamientos, que son las instituciones más cercanas a la ciudadanía.
Con ello, Collboni ha revindicado el consenso que se ha formado entre los grupos municipales de Barcelona para pedir una reforma del código penal a nivel estatal y la ampliación de la planta judicial de Barcelona y Catalunya ante el aumento de los delitos a gestionar en los juzgados.
DIÁLOGO ENTRE INSTITUCIONES
Sobre las relaciones entre Barcelona y Madrid, Almeida ha defendido el diálogo entre instituciones en un momento en que, a su juicio, existe una sensación de desafección de la ciudadanía hacia la política, y ha situado a los ayuntamientos como las instancias idóneas, cerca del ciudadano, para buscar soluciones y buscar la confianza.
Collboni ha añadido que Madrid y Barcelona, pese a tener, textualmente, tradiciones distintas y proyectos políticos diferenciados, afrontan problemas compartidos que afectan al mundo local, como la seguridad o la vivienda, y ha agradecido la "facilidad de crear unas sinergias" con su homólogo madrileño.