Los residuos enviados a Francia costarán 60.000 euros diarios a partir de 2011
TARRAGONA, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
La central nuclear de Vandellòs (Tarragona) conmemora este martes los 21 años del accidente que provocó la clausura de uno de sus dos reactores, a consecuencia de un fuego que se declaró en la zona de turbinas.
Según han recordado diversos grupos ecologistas, el 19 de octubre de 1989 la central nuclear Vandellòs I funcionaba al cien por cien de potencia, estable y generando 400 megavatios por hora, cuando se produjo la señal de alarma por alta vibración en uno de los turbogeneradores principales.
La alarma se extendió a otros sistemas de la nuclear, como consecuencia de un incendio en la zona de las turbinas que se propagó por el cableado, y supuso la apertura de una brecha en la turbina que acabó por producir una explosión, ha recordado Ecologistas en Acción de Catalunya en un comunicado.
El incidente fue calificado con el nivel 3 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (INES en sus siglas en inglés), lo que supone un "incidente importante", y si bien no causó emisión de radioactividad al exterior, se decidió el cierre definitivo del reactor. La entidad ha señalado que se trata del accidente nuclear más grave ocurrido en una central nuclear de Europa occidental.
Vandellòs I, que había sido inaugurada 17 años antes, se encuentra actualmente en proceso de desmantelamiento, mientras el reactor permanece en periodo de latencia.
Los ecologistas han recordado este aniversario para pedir el cierre definitivo de las centrales nucleares en España ya que, a su juicio, el avance de las energías limpias y renovables garantiza actualmente la generación de electricidad a través de métodos alternativos a las nucleares.
60.000 EUROS DIARIOS
Los residuos nucleares procedentes de Vandellòs I fueron trasladados a Francia, en virtud de un convenio firmado con España. A partir de 2011, y según las cifras del Ministerio de Industria, España deberá abonar 60.000 euros diarios en concepto de penalización por no hacerse cargo de los mismos.
Éste ha sido uno de los motivos esgrimidos para subrayar la necesidad de construir un almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares en España, cuya ubicación debe decidirse en las próximas semanas.
A pesar de ello, los ecologistas consideran que tras el proceso de construcción del silo nuclear se encuentra una "campaña de propaganda" que intenta hacer creer que la energía nuclear no solo no es mala, sino que también es ecológica y los residuos "una cosa buena para el que los acoge".