BARCELONA 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
El director general de los Mossos d'Esquadra, Albert Batlle, comparecerá este miércoles en el Parlament para informar de cómo se gestionó la detención de un conductor que arrolló a un agente en Rubí (Barcelona) el pasado 15 de diciembre, ya que se decidió dejarle libre hasta que le citara el juez, lo que generó malestar en una parte de la plantilla policial.
La comparecencia, solicitada por JxSí y por C's, se aprobó en la comisión de Interior del Parlament del 15 de febrero por unanimidad, mientras que se rechazó que dieran explicaciones por el mismo caso el conseller de Interior de la Generalitat, Jordi Jané, y el comisario jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, gracias a los votos de JxSí y la CUP.
Ese 15 de diciembre, sobre las 18 horas, una patrulla de agentes de paisano confundió al conductor con un delincuente huido de la cárcel y con varios requerimientos judiciales y le abordó en un aparcamiento, pero este hombre no se creyó que fueran policías y trató de huir, llevándose a un policía encima del capó y atropellándole.
Durante este altercado los dos policías dispararon varios tiros hacia el vehículo para evitar que el conductor huyera, quien finalmente, tras dejar a un agente herido de gravedad al caer del coche y golpearse la cabeza, pudo ser detenido.
Una vez en comisaría, el detenido pidió un Habeas Corpus que le fue denegado, y ya de madrugada, se dejó su detención sin efecto a la espera de la citación del juez, que fue esa misma mañana.
Tras pasar a disposición del juzgado de guardia, el detenido quedó en libertad con la obligación de comparecer cada 15 días en el juzgado y obligándole a entregar el pasaporte, y la causa está abierta por homicidio en grado de tentativa y atentado a la autoridad.
Lo que suscitó la polémica fue el hecho de que se le dejara en libertad y que no se le mantuviera en los calabozos hasta la mañana, cuando debía comparecer ante la autoridad judicial, pese a que había dejado a un mosso en coma.
El cuerpo de Mossos explicó en su momento que la decisión de dejar sin efecto la detención respondió a "criterios policiales", ya que según la sucesión de los hechos y la declaración de los testigos, se creyó la versión del detenido de que no dio crédito a los policías y pensó que le querían asaltar.
PROTESTAS
Ese mismo día unos 300 agentes, familiares y representantes de los sindicatos del cuerpo protestaron a las puertas de la comisaría de Rubí y pidieron a gritos la dimisión del comisario jefe Trapero, quien tenía previsto asistir a un 'briefing' pero que finalmente no acudió.
La protesta se trasladó días después a una cena navideña de mandos de Mossos en Barcelona, que sufrió un 'escrache' por parte de decenas de agentes con gorros de Papa Noel.