El premio Booker 2020 se distancia de la narrativa social británica de Welsh o Loach
BARCELONA, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
El escritor escocés residente en Nueva York Douglas Stuart revisita su Glasgow natal, homófobo, pobre y con problemáticas sociales como las adicciones, en 'La histria de Shuggie Bain', su primera novela, ganadora del premio Booker 2020 y que se publica en catalán y castellano en Edicions del 1984 y Sexto Piso.
En una rueda de prensa este jueves en el Centre de Cultura Contempornia de Barcelona (CCCB), Stuart ha dicho que se trata de una obra de ficción en la que ha recurrido a muchos elementos autobiográficos, pero son "no unas memorias", y que ha encontrado difícil trazar la línea entre ambos géneros.
Él se crió, como el protagonista, como el hijo menor de una madre soltera, alcohólica, dependiente de subsidios estatales y como gay en los años 80: "Escribo sobre el amor, la pérdida, el duelo y la frustración y muchos de esos elementos resuenan de mi vida", ha confesado.
En este sentido, el telón de fondo es el Glasgow de los años 80, con una comunidad de clase trabajadora muy fuerte, altas tasas de paro durante las políticas de la primera ministra Margaret Thatcher, y problemas de drogas y esperanza de vida, según su descripción.
No obstante, Stuart ha aclarado que ha escrito el libro como una "carta de amor a Glasgow" vista desde la añoranza que da distancia, ya que reside en Nueva York desde hace 21 años, donde se dedica a la moda.
PROTAGONISTA 'QUEER'
El autor se ha distanciado de la narrativa social británica --con nombres como Ken Loach o Irvine Welsh-- porque "se centran siempre en las experiencias de los hombres blancos heterosexuales en momentos de inestabilidad política y cambio".
"Yo era consciente de que la fortaleza de una ciudad y un hogar radica en las mujeres", ha razonado, explicando que no se las representa tan a menudo porque sus vidas son privadas y, en cambio, los hombres son los que están en los piquetes de huelga, socializan en los 'pubs' y conforman la historia pública.
Así, sus protagonistas son Agnes, una madre coqueta y presumida que trata de mantener la apariencia de dignidad pese a los problemas personales y sociales que la rodean; y su hijo menor Shuggie, un niño 'queer' que crece en un entorno hostil a la homosexualidad.
Shuggie, pues, representa un personaje que, como él cuando era joven, vive "aislado" en un mundo muy femenino, el del hogar, encuadrado en un contexto muy masculino, el de la sociedad.
HUMOR Y COMPASIÓN
Pese a describir un paisaje con tantos problemas, Stuart ha dicho que el libro "combina aspectos oscuros, como la adicción, la misoginia y la violencia, con la ternura, el amor y la dulzura", lo que le da un toque femenino al volumen y lo aleja de la ira social del grupo de escritores británicos de los años 50 llamado 'Angry Young Men'.
También ha intentado infundirle a la novela el humor típico de Glasgow, caracterizado por aparecer pese a las situaciones negativas o la pobreza, ya que "Shuggie es, al fin y al cabo, un niño y no tiene control de su vida" y el libro ha quedado, en su opinión, increíblemente divertido.
Asimismo ha querido "jugar con la percepción de los dialectos y acentos" del Reino Unido, porque, por ejemplo, Agnes adopta un habla refinada para parecer de una clase superior pero esto la aísla todavía más.
ÉXITO DE CRÍTICA
Stuart ha dicho sentirse "increíblemente afortunado" de la aceptación universal que ha recibido 'La histria de Shuggie Bain'; ha comentado que en Escocia se ha percibido como un estudio social pero en el resto del mundo ha conmovido más la historia maternofilial.
Ha recordado que fue rechazado 44 veces por varias editoriales, pero el Booker "le ha cambiado la vida de arriba a abajo" y le ha permitido conocer a sus lectores de todo el mundo.