Un estudio constata una gran magnitud de desinformación en el sector salud durante la pandemia

Dos personas usan sus móviles durante la pandemia
Dos personas usan sus móviles durante la pandemia - Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
Actualizado: jueves, 29 octubre 2020 11:29

Las fuentes creíbles pueden tener un enorme impacto si llegan a difundir información falsa

BARCELONA, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) sobre el impacto de la desinformación generada durante la pandemia del coronavirus y los bulos médicos ha constatado la presencia de una gran magnitud de noticias falsas en este período, situación agravada por el alto poder de difusión que supone Internet.

La investigadora de los Estudios de Derecho y Ciencia Política Ana Sofía Cardenal y el doctorando Sergi Xaudiera han explicado a Europa Press que han analizado el recorrido digital de esta información no verificada a través de Twitter en el estudio publicado por la revista 'The Harvard Kennedy School (HKS) Misinformation Review', de la Universidad de Harvard.

Xaudiera ha concretado que en esta pandemia la desinformación ha llegado a grandes masas, al ser "la primera vez que las fuentes creíbles compartían mensajes que no estaban avalados por la comunidad científica".

EL CASO DEL IBUPROFENO

Es el caso del ministro francés de Solidaridad y Salud, Olivier Véran, a través de un tweet aconsejó a los pacientes con Covid-19 no tomar ibuprofeno, e incluso advirtió de que tomarlo aumentaba la mortalidad entre los enfermos, pese a no existir evidencia científica (los antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno están avalados por autoridades médicas nacionales e internacionales y por la Organización Mundial de la Salud-OMS).

Esta información tuvo "muchísima repercusión", con un total de 41.000 retweets en esta red social, y dio lugar a una noticia falsa que se extendió por varios países: Alemania, Francia, España, Países Bajos e Italia.

La Agencia Española del Medicamento (AEMPS) no tardó ni 24 horas, junto con Autoridades reguladoras europeas, en desmentir esta información, avalando el uso del ibuprofeno como potente antipirético, antiinflamatorio y analgésico, y afirmando que no había ninguna información avalada científicamente de que ibuprofeno y ketoprofeno agravaran las infecciones por Covid-19.

Es más, la AEMPS, apoyándose en lo descrito en las guías terapéuticas, recomienda, aparte del paracetamol para el tratamiento de la fiebre, el ibuprofeno como tratamiento de los síntomas menores de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2.

Por eso, Sofía Cardenal ha advertido de que las fuentes creíbles "pueden tener un impacto enorme en la difusión de la información falsa".

La investigadora ha añadido que las redes sociales juegan "un papel muy importante como grandes amplificadores de las historias marginales", y ha lamentado que, a su juicio, circulan más rápidamente las noticias falsas que las verdaderas.

CONTRASTAR: MÁS FUENTES Y ÁMBITOS GEOGRÁFICOS

Sobre las posibles herramientas para hacer frente a la desinformación, Xaudiera ha defendido contrastar la información entre distintas fuentes y también entre distintos ámbitos geográficos.

Ha recomendado seguir a fuentes oficiales en primera instancia, pero no dar validez directa a esas fuentes, sino contrastarlas con otras de ámbito geográfico distinto --además de resolver dudas médicas con profesionales de la salud, como médicos y farmacéuticos, y atender a las opiniones de las Sociedades Científicas y de las agencias regulatorias, también en esta segunda oleada--.

En el caso del ibuprofeno, el mensaje se originó en Alemania, pero procedía de una fuente no creíble, por lo que no tuvo recorrido mediático, mientras que en Francia este mensaje fue promovido por una fuente creíble, de manera que "el impacto de la desinformación fue el mayor de los países estudiados".

En este sentido, Sofía Cardenal ha defendido que la propia fuente "debería salir a corregir la información que ha difundido si actúa de buena fe".

DESMENTIDO POR REGULADORES Y UN ESTUDIO DANÉS

La OMS y otros reguladores sanitarios o agencias sanitarias (como la EMA, el NHS de Reino Unido, la AEMPS en España y la HPRA en Irlanda) dijeron rápidamente que no había evidencia que apoyara un agravamiento de los pacientes con Covid por el ibuprofeno u otros medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE).

Además, la revista 'PLOS Medicine' ha publicado recientemente un relevante estudio de la Universidad del Sur de Dinamarca, del Hospital Universitario de Aarhus y de la Agencia Danesa de Medicamentos con datos de 9.326 pacientes en que se confirma científicamente que la administración de estos medicamentos tipo Ibuprofeno no se asocia con efectos adversos en personas con Covid-19.

LO FALSO SE PROPAGA MÁS QUE LA VERDAD

Un estudio de 2018 publicado por la revista 'Science' demostraba que las noticias falsas se propagan más rápido, de forma más profunda y más ampliamente que la verdad, en todas las categorías de información.

Así, Cardenal ha recordado que, en el marco de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) "habló de infodemia antes que de pandemia" porque había mucha desinformación, un problema que, a juicio de la investigadora, crece y prospera cuando hay falta de información.

ESPAÑA

Según los resultados del 'I Estudio sobre el Impacto de las Fake News en España', el 86% de la población española se cree las noticias falsas, mientras que el 60% de los españoles cree que sabe identificarlas --cuando en realidad sólo el 14% las sabe diferenciar--.

De hecho, la crisis del coronavirus ha contribuido a "la propagación de bulos y desinformaciones" en España, y se han desmentido más de 787 bulos sobre casos, medicamentos e historias relacionadas con la pandemia, según datos de Maldito Bulo.

Por su parte, Cardenal ha querido diferenciar la 'misinformation' (en la que no hay un actor interesado que hace circular la información) de la 'disinformation' (en la que "actores oportunistas comparten información con la intención de engañar a la ciudadanía y de confundirla").