Analiza 26 especies distintas de briófitos y detecta que algunas emiten más compuestos
BARCELONA, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un estudio liderado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) ha revelado que los musgos y hepáticas emiten diferentes tipos de compuestos químicos volátiles (COV) que "podrían servir para defenderse del estrés ambiental".
La investigación, impulsada por la investigadora Ana María Yáñez-Serrano, sugiere que esta habilidad puede ayudar a estas especies a "sobrevivir y adaptarse al cambio climático", al igual que sucede en otras plantas superiores, informa el Creaf en un comunicado de este lunes.
Evidencia que los briófitos emiten moléculas que permiten a muchas plantas "comunicarse" entre ellas y con los ecosistemas que las rodean y abre nuevas líneas de investigación para comprender su lenguaje químico y el papel que tienen en el equilibrio de los ecosistemas terrestres.
"La mayoría de las especies de briófitos que hemos analizado en el estudio no habían sido medidas hasta ahora. Lo que hemos descubierto con esta investigación servirá para comprender mejor cómo se comunican y qué desencadena la emisión de compuestos orgánicos volátiles por parte de los briófitos", afirma Yáñez-Serrano.
HALLAZGOS
En el estudio se han utilizado cámaras de medición de fotosíntesis para estudiar 26 especies de briófitos que habitan en ecosistemas de fuentes de montaña del noreste de España, y ha evidenciado que no todas las especies de briófitos "se expresan" de la misma forma.
Algunas, consideradas grandes emisoras, liberan grandes cantidades de compuestos volátiles cuando presentan mayor productividad --es decir, un nivel más alto de fotosíntesis--, y, por otro lado, otras se clasifican como bajas emisoras, produciendo cantidades mucho más discretas.
Las especies que liberan más compuestos volátiles "podrían tener una ventaja competitiva", por ejemplo, al repeler depredadores de forma más eficaz, lo que beneficia la supervivencia individual de cada especie y también es positivo para la salud y el equilibrio del ecosistema.