BARCELONA 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio liderado por el Centro Tecnológico Forestal de Catalunya (CTFC) ha permitido conocer el estrés por sequía de los árboles catalanes a escala regional: utilizando datos del suelo y la vegetación de los inventarios forestales españoles, han desarrollado y validado un modelo matemático que permite obtener predicciones fiables de los cambios de humedad.
Esto permite anticipar y mitigar los efectos de la sequía o estrés hídrico, que se produce cuando los árboles necesitan más agua que la disponible durante un periodo determinado de tiempo, y favorecer la salud de los bosques, ha explicado el CTFC este jueves en un comunicado.
El modelo se basa en el equilibrio diario que existe entre los procesos que aportan agua al suelo y los que la extraen, y permite --tras introducir los datos-- simular la competición de diferentes especies de plantas para los recursos locales de agua, ya que cada una dispone de estrategias diferentes.
ESTRATEGIAS REGIONALES
Combinado con datos meteorológicos, el modelo permite anticiparse al lugar, el momento y el tipo de especies que se verán afectadas por la sequía, identificando las áreas altamente vulnerables a sus impactos, así como realizar estrategias regionales, y no solo locales.
El estudio se centra en el estrés por sequía de los bosques de Catalunya, una región con el 60% de la superficie cubierta por bosques y matorrales, sobre la que los investigadores pudieron caracterizar la variación espacial y temporal de la cantidad de hojas y árboles y la distribución de las raíces, dos factores claves en el estrés hídrico, con datos de inventarios del Estado español de 1990 y 2010.
ABANDONO RURAL
Ha liderado el estudio el investigador Miquel De Cáceres, del grupo Center for Mediterranean Forest Research (Cemfor) del CTFC, que ha señalado que el aumento del estrés por sequía "viene dado más por el crecimiento del bosque que por las condiciones climáticas".
"Este crecimiento es debido a la densificación de los bosques como resultado del abandono rural y la disminución de la gestión forestal", ha destacado.
La cubierta de los bosques del noroeste de la cuenca mediterránea está en aumento, desde mediados del siglo XX, por el progresivo abandono de las zonas rurales, por lo que los investigadores han recomendado considerar la estructura del bosque a la hora de evaluar los patrones de estrés hídrico.