"Las películas son el espejo de la vida", defiende la protagonista Marta Etura
SITGES (BARCELONA), 10 (EUROPA PRESS)
El 52 Sitges Film Festival - Festival Internacional de Cinema Fantástic de Catalunya ha abierto la jornada de este jueves con la adaptación "emocional" de 'El legado de los huesos' de la novela homónima de Dolores Redondo a cargo de Fernando González Molina, con la interpretación de Marta Etura, Carlos Librado 'Nene', Leonardo Sbaraglia e Imanol Arias.
En la segunda entrega de la 'Trilogía del Baztán', la película arranca un año después de que Amaia Salazar resolviera los crímenes que aterrorizaron al valle, cuando la inspectora da a luz un bebé y se reincorpora a su trabajo, un regreso que se ve alterado por el suicidio de varios presos que dejan una única palabra escrita en la pared, 'Tarttalo'.
Tras la primera entrega, 'El guardián invisible', González Molina ha explicado que con esta segunda película la historia sigue evolucionando y si la primera es un thriller con una inspectora "fría y seca", en esta segunda el componente emocional crece.
González Molina ha reivindicado que esta trilogía relata la historia de una familia, de un valle y también la historia más antigua del mundo: "el bien encuentra el mal".
Sobre la adaptación ha reivindicado que "el cine y la literatura son personajes distintos", si bien Redondo escribe en imágenes y se imagina sus libros como películas, ha reivindicado González Molina, convencido de que en cualquier adaptación el director necesita bucear en las raíces de las historias.
"Lo que funciona en la literatura a veces no funciona en el cine", ha avisado el director, que ha reivindicado la necesidad de no traicionar a los personajes y ni al argumento y, a partir de ahí, centrarse en el guión.
RODAJE DE 19 SEMANAS
Ha relatado que esta película se ha rodado con la tercera entrega durante 19 semanas: en Barcelona unas diez y en el valle del Baztán unas ocho: "Pasamos de rodar en verano en Barcelona al Baztán en invierno", ha dicho el director, que hizo mucho trabajo previo de mesa con la protagonista.
Con gran presencia de las inclemencias meteorológicas sobre el valle del Batzán, el director ha avisado de que incluye efectos digitales y especiales, y escenas rodadas en el interior de una piscina en la que se construyó una calle de Elizondo y se tiñó el agua de marrón.
"Técnicamente el agua siempre da un poco de miedo. Es un elemento arisco para hacer cine, pero lo más complicado ha sido mantener la tensión 19 semanas", ha dicho el director, que ha subrayado la dificultad de rodar con un bebé y el gran trabajo realizado por Marta Etura, que aparece en el 95% de las escenas y en la mitad de ellas en un estado emocional complejo en 14 localizaciones distintas.
La actriz ha relatado que el personaje ha crecido y refleja en esta película su faceta como madre y persona: "Se enfrenta a las cosas desde otro lugar, no tan vulnerable, sino desde una mayor fortaleza, y se da cuenta de que el problema es mayor de lo que podía llegar a imaginar".
Preguntada sobre la presencia de mujeres en el cine, ha dicho que en el cine los roles han cambiado como en la vida: "Las mujeres formamos parte del mundo laboral y los maridos forman parte del cuidado de los hijos afortunadamente. Las películas son el espejo de la vida".
En un papel secundario, Imanol Arias ha dicho que había visto la primera película ates de conocer su continuidad: "Me fascinó. Mi educación en el norte, los sonidos, las lluvias", siéndole todo muy cercano, y ha dicho que se negó a leer la trilogía para así poder construir su personaje desde la arcilla de la nada.