BARCELONA, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
El director de la Oficina Antifrau de Catalunya (OAC), Miguel Ángel Gimeno, ha asegurado este miércoles que cuando la mujer alcanza cargos públicos, como el de funcionaria o representante política, "denuncia más" la corrupción que los hombres en la misma posición.
Lo ha afirmado al inaugurar la novena edición del curso de verano de la OAC, centrada en 'Género, poder y corrupción', junto a la doctora en Filosofía de la Universitat de Barcelona (UB) Begoña Román.
Gimeno ha explicado que tienen pocos datos objetivos sobre la conexión entre el género y la corrupción, y que quieren saber cómo la experimentan las mujeres, si la perciben más o la sufren más, y ha recordado que la corrupción "no deja de ser la fase avanzada de lo que será el deterioro" de una sociedad igualitaria y democrática.
Ha asegurado que intuyen que la corrupción no afecta de la misma manera a hombres y mujeres --ha recordado que Naciones Unidas ha trabajado la "victimización por género" de la corrupción-- y ha explicado que, según el barómetro de la OAC, las mujeres perciben que hay más corrupción que los hombres, con un 76% frente al 67,5%.
Además, también superan a los hombres en la percepción sobre si la corrupción ha aumentado --un 37,4% frente al 23,2%-- y ha indicado que las mujeres que tienen cargos de funcionarias o políticas denuncian más que los hombres que también ostentan estas responsabilidades públicas, aunque ha apuntado que las denuncias ante la OAC fueron presentadas en un 77% por hombres.
Gimeno ha insistido en que cuando la mujer tiene un puesto dirigente, se comporta de manera "mucho más activa" contra la corrupción.
También ha mencionado que en 2018, el 28,4% de las mujeres alcaldesas recibieron un sello Inforparticipa --que certifica la transparencia en la información que ofrecen los ayuntamientos-- y ha destacado que ellas solo tienen un 19% de las alcaldías de Catalunya.
En la ponencia inaugural, Begoña Román, que ha analizado conceptos como género, feminismo y corrupción, ha señalado que, desde un punto de vista ético y crítico, no hay que plantear qué hace la mujer, sino por qué lo hace y si lo quiere hacer, después de reflexionar sobre los motivos que llevan a las mujeres a ser menos corruptas --por bondad o porque son más "obedientes", ha ejemplificado--.