Vecinos de Can Baró piden por carta a Trias y al conseller Vila "recuperar" el lugar
BARCELONA, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Conselleria de Territorio y Sostenibilidad no se plantea cubrir por ahora el pozo de obra de la futura estación de la Línea 9 del Metro en la plaza Sanllehy de Barcelona porque su coste sería de 1,7 millones de euros.
Según ha valorado a Europa Press el director general de Carreteras y subdirector de Infraestructuras hasta el pasado enero, Xavier Flores, "cuesta movilizar recursos para una actividad provisional con los problemas que tiene el país".
Ha asegurado que la Conselleria está dispuesta a buscar soluciones con el Ayuntamiento, vecinos y comerciantes para recuperar parte de la plaza, pero "no toda", y ha reconocido que no es la situación más deseable y que lo ideal sería disponer de los recursos para finalizar las obras.
El pozo de obras se empezó a construir en 2004 y lleva dos años abierto con los trabajos detenidos, lo que ha provocado movilizaciones para cerrarlo de más de 250 personas durante los últimos tres sábados con caceroladas, pintadas en el muro de la obra y cortes de la carretera del Carmel --vía de acceso al parque Güell-- entre las 11.00 y las 11.30 horas.
Según ha informado a Europa Press el presidente de la Asociación de Comerciantes Sanllehy-Comerç, Jesús Sobrino, han pedido "recuperar" la plaza al alcalde, Xavier Trias (CiU), y al conseller de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila (CiU), en sendas cartas.
Sobrino asegura que con las obras "la mitad de los comercios" de la plaza han cerrado y el tráfico ha empeorado, con el añadido de que circulan unos 300 autobuses diarios, dada la proximidad del parque Güell.
En marzo del año pasado se amplió la acera del lado montaña y se rebajaron dos metros las pantallas del muro para reducir el impacto visual y el ruido que se producía por reverberación; Flores ha valorado que si hace falta se tomarán más medidas, pero "no es un punto negro" de accidentalidad más allá de que confluyan varias calles.
Otras fuentes vecinales han lamentado que durante la noche hay entradas y salidas de camiones que trasladan chatarra y material de otras obras de la ciudad al interior del pozo, algo que Flores reconoce que no debería suceder: "Nos lo miraremos".
Los movilizados también han señalado el temor de que el agua freática acumulada en el pozo --de 74 metros de profundidad-- desestabilice el terreno y afecte a los edificios, y aseguran que el agua atrae a plagas, sobre todo en verano, como cucarachas, ratas o el mosquito tigre.
No obstante, Flores ha descartado rotundamente cualquier problema de seguridad estructural en las obras: "Las pantallas del pozo se han construido para aguantar la presión, hay riesgo cero; que haya agua es precisamente un elemento de seguridad".
REUNIÓN SÍNDICA-AYUNTAMIENTO
Según Sobrino, ya ha habido conversaciones desde hace meses con la Conselleria y con las concejales del distrito de Horta-Guinardó --al que pertenece la plaza--, Francina Vila, y la de Gràcia --distrito fronterizo--, Maite Fandos.
Según ha explicado a Europa Press la síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, ella misma visitó las obras el 5 de marzo tras recibir un manifiesto de los vecinos y comerciantes y apoyó su petición de cerrar el pozo: "Tendría sentido --que se mantuviese abierto-- si se estuviese trabajando a corto o medio plazo, pero las obras están paradas".
Vilà, que ha encargado estudios sobre la circulación del tráfico, se reunió con Fandos el día 18 para trasladarle las quejas en un primer contacto: "Tiene muchas ganas de arreglarlo".
Fuentes del Ayuntamiento han valorado a Europa Press que existe la voluntad de mejorar la situación de la plaza, pero que el consistorio "sólo puede mediar" dado que la competencia de las obras es de la Generalitat.