Reclama que se cree un museo alemán del exilio: "Alemania aún no ha asumido esta culpa"
BARCELONA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
La escritora, poeta y Premio Nobel de 2009 Herta Müller ha alertado del auge de los movimientos extremistas en Europa que, a su juicio, generan inseguridad y miedo a la ciudadanía: "Necesitan ese pánico que generan, es su capital".
Lo ha dicho este martes durante su participación en la IV Bienal de Pensamiento, que se celebrará hasta este domingo 13 de octubre en plazas de la ciudad de Barcelona, donde ha advertido de que "los extremistas tienen mucha credibilidad".
Para ella, el crecimiento de los partidos de este tipo de ideología es señal de miedo a la libertad y de herencia de la dictadura: "La gente piensa que está en la resistencia si elige a la extrema derecha".
"A veces creo que se ha olvidado la diferencia entre la dictadura y la democracia, y que se desea un liderazgo fuerte: en Estados Unidos, con Trump, se sabe que es un destructor destructivo. Y casi la mitad de la población le sigue", ha añadido.
Según la escritora, los populismos "están creando un pánico artificial" y cree que se nutren de esta inseguridad y miedo, dice textualmente, que generan en la sociedad.
DICTADURA
Müller ha asegurado que el 99,5% de dictaduras son oportunistas y que las personas que no tienen un criterio político definido "tienen un lío en la cabeza y están bajo la influencia de la dictadura".
Ha señalado que en los países de Europa del este las democracias aún están en sus inicios y que en muchos de esos países se están viviendo retrocesos: "La dictadura intenta infiltrarse de forma subliminal en muchos ámbitos. En Polonia, en Hungría y también en Rumanía".
LOS LIBROS COMO "RESISTENCIA INTERNA"
Para ella, en la dictadura los libros son "una especie de resistencia interna o una necesidad de no dejarse llevar" y apunta a que los escritores en este contexto suelen estar expuestos por no usar la lengua del Estado, en sus palabras.
En este sentido, ha explicado que en una dictadura hay dos lenguas: "La del Estado, que prohíbe pensar y está hecha de fórmulas para controlar lo que sucede dentro de las mentes. Y la lengua de un país, que es la lengua del día a día, la que tiene su vida al margen del Estado".
"Yo en Rumanía tuve que esconder textos en casas de amigos o incluso los enterré en el jardín. A menudo con amigos que no tenían nada que ver con la literatura, para que el régimen no supusiera en casa de quien estaban los textos", ha afirmado.
LAS PALABRAS
Müller ha recordado que durante el nazismo millones de personas fueron deportadas de Alemania o se fueron al exilio, y cree que Alemania debería representar a todas estas personas con un museo del exilio: "Alemania se lo debe a estas personas. Alemania aún no ha asumido esta culpa".
Por último, sobre sus poemas-collage, ha expresado que "son historias sensoriales" que la ayudan a aprender sobre ella misma, y ha reivindicado el poder que tiene de cada palabra y que le permiten crear un texto breve a partir de su combinación.