Pide fijar un precio por tonelada de CO2 igual para todos, sin primar más a unas energías que a otras
BARCELONA, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha considerado este lunes que los planes energéticos del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no van a suponer una ruptura radical: "Creo que las políticas de fondo no van a cambiar".
En las conclusiones de la jornada empresarial del V simposio internacional de la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (Funseam), que lleva por lema 'Los retos del sector energético', ha esperado que Estados Unidos "continúe rebajando sus emisiones de CO2", como está haciendo actualmente.
Asimismo, ha apoyado el desbloqueo de Trump de la construcción del oleoducto Keystone, ya que sustituirá a miles de camiones que transportan ahora el combustible por carretera con el consiguiente riesgo de accidentes graves, ha indicado el directivo de Repsol, que en 2015 compró la petrolera canadiense Talisman Energy, con negocio también en Estados Unidos.
Ha añadido que en los programas de las elecciones estadounidenses de 2008 nadie hablaba del gas de esquisto, sino que ha surgido de la evolución tecnológica: "Creo que son la industria y la tecnología los que van a marcar el futuro del sector energético".
Imaz ha insistido en su defensa de que la lucha contra el cambio climático debe estar liderada por el mercado, con una influencia mínima de las administraciones que no perjudique a la competitividad de las empresas si prima más a unas energías que a otras: "Que sea la industria y el mercado los que apuesten por las tecnologías más eficientes".
CRÍTICA AL APOYO AL VEHÍCULO ELÉCTRICO
Ha sido especialmente crítico con las subvenciones a los vehículos eléctricos, argumentando que solamente hay seis toneladas de CO2 de diferencia con un vehículo diésel si se calcula toda la vida útil, pero reciben entre 1.000 y 1.600 euros de subvención --directas o a través de la factura eléctrica-- en Europa por cada tonelada de emisiones de CO2 que reducen.
Ha destacado que la industria de combustibles fósiles también está reduciendo emisiones de CO2, y ha reivindicado que el precio por tonelada de CO2 que se evita debería ser igual para todos: "Póngase un precio de tonelada de CO2, que sea el que tenga que ser".
"Necesitamos coherencia, dejar que sea el mercado el que juegue y que el desarrollo tecnológico marque el sistema más eficiente", ha remachado, incluyendo la apuesta por la captura, almacenamiento y aprovechamiento del CO2.
MIX ENERGÉTICO
El también vicepresidente de Gas Natural Fenosa ha recalcado que lo que se necesita es energía competitiva y barata, y que para ello todas las energías son necesarias en el mix, reconociendo que el crudo va a bajar en peso, mientras que el gas natural y las renovables van a subir.
Ha repasado que para la descarbonización hay tres vías clave: la eficiencia energética, la migración en la generación eléctrica del carbón al gas --incluyendo el gas de esquisto, que aporta "disponiblidad barata y accesible"--, y las energías renovables.
Respecto a las renovables, ha opinado que deben ser competitivas para "no cargar durante años con costes excesivos en la factura y que la industria no se vea lastrada en términos de competitividad", por lo que ha bogado por la implantación de las renovables cuando se encuentren en una fase tecnológica asumible en costes por parte del sistema.
Ha añadido que el carbón va a experimentar un fuerte descenso si realmente Europa quiere apostar por la sostenibilidad en Europa, y ha reprochado que hasta el 55% del mix de generación en Alemania es carbón, lo que es "de todo menos sostenible" mientras el país marca las políticas de energía limpia de la UE.