Lo achaca a la crisis y a "contradicciones entre lo que se promete y lo que se hace"
BARCELONA, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de la Generalitat José Montilla ha asegurado este lunes que el socialismo "no goza de muy buena salud" en Europa, y ha citado como ejemplos la situación del PSC y la del PSOE, pero también de los socialistas italianos, franceses y británicos.
"Las cosas no son fáciles para nuestra familia política, y no lo digo con derrotismo, pero el panorama es el que es", ha valorado al inaugurar la jornada 'Next Left' de la Fundació Rafael Campalans --que preside-- junto al excanciller de Austria Alfred Gusenbauer (2007-08) y al diputado en el Parlament y primer secretario del PSC barcelonés, Ferran Pedret.
Montilla ha atribuido este declive al desapego popular causado por la crisis económica y a que la política en el conjunto de Europa ha virado a la derecha: "Los ciudadanos, de alguna manera, nos lo atribuyen", ha dicho en el acto coorganizado por la Fundació Rafael Campalans junto a la Fundación Europea de Estudios Progresistas y al Renner Institut de Viena.
"No compartimos las recetas de la derecha española y europea de austeridad, y no es aplicando las mismas recetas que se producirá un resultado diferente", y ha pedido al socialismo europeo que reaccione ante el proteccionismo que ve en el presidente de Estados Unidos y ante el inminente 'Brexit'.
Ha pedido reaccionar sin caer "en inmediatismos ni en la pulsión populista que recurre los continentes", sino intentando acabar con las desigualdades que existen en los países de Europa con medidas, y ha propuesto una armonización fiscal comunitaria.
Sin embargo, ha insistido en que la ciudadanía ha establecido una cierta distancia con el socialismo por "las contradicciones entre lo que se promete y lo que se hace".
La jornada, celebrada en la sede del PSC barcelonés, pretende precisamente analizar la desafección entre los votantes socialistas a raíz de las desigualdades.
REPENSAR LOS IMPUESTOS
El excanciller austríaco Alfred Gusenbauer (2007-08) ha señalado la desigualdad interna de los países como el principal reto de los Estados y el foco causante del malestar: "La gente no tiene esperanza en que la cosa mejorará porque creen que el pastel no crecerá".
"La desigualdad es el problema clave de nuestros tiempos, y lo confirma el propio FMI: que es el principal impedimento para el crecimiento económico", y ha subrayado que, mientras la desigualdad entre países ricos y pobres se ha ido reduciendo, la desigualdad interna entre ciudadanos de un mismo Estado sigue aumentando.
Por eso ha defendido el sistema impositivo como generador de redistribución económica, aunque ha apostado por realizar cambios en vistas al crecimiento de la digitalización, "que creará un nivel de riqueza sin precedentes hecho por máquinas al mismo tiempo que se reduce el trabajo obrero", que ha recordado que es la principal fuente de ingresos vía impuestos.
"Tenemos que repensar nuestro sistema impositivo si queremos una sociedad futura que garantice un cierto nivel de oportunidades, condiciones de vida e ingresos", ha añadido.