Acusa a Puigdemont de desear un escenario de "violencia" en el referéndum
BARCELONA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
El exdelegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo preguntó en 2017 al entonces vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, si aceptaría un referéndum sobre la independencia en toda España como alternativa al 1-O, pero el líder de ERC lo rechazó.
Lo explica en el libro 'El derecho a saber la verdad. El testimonio del delegado del Gobierno en la Cataluña del 155' (Ediciones Península), consultado por Europa Press y que saldrá a la venta el 10 de marzo, en el que relata su vivencia como delegado del Gobierno en Catalunya, desde donde trató de frenar el 1-O y después fue una de las figuras claves de la aplicación del 155.
Millo cuenta que se reunió con Junqueras meses antes del 1-O y le hizo una pregunta sobre una opción alternativa a ese referéndum: "No era una propuesta, ya que no había recibido mandato del Gobierno para hacerla, era únicamente una pregunta a título personal para saber hasta qué punto había o no disposición a contemplar una salida alternativa para evitar la colisión del 1-O forzando un referéndum ilegal".
Así, le preguntó: "¿Estaríais dispuestos a aceptar un referéndum a todo el conjunto del pueblo español sobre la independencia de Catalunya? Serviría para votar y contaros, es lo que siempre estáis pidiendo", ya que considera que la votación en la circunscripción de Catalunya mostraría la voluntad real de la ciudadanía catalana sobre la independencia.
Sin embargo, asegura que Junqueras lo rechazó porque no sería vinculante y no se estaría reconociendo el derecho de autodeterminación de Catalunya, y Millo considera que tras esa reunión corroboró "de nuevo la imposibilidad de encontrar una solución".
CRÍTICA A LOS MOSSOS
En el libro, acusa a los Mossos d'Esquadra de permitir el 1-O: "Cada una de las patas institucionales sobre las que se apoyaba el referéndum funcionaba como un reloj: la Generalitat, las entidades independentistas y los Mossos. Había una compenetración perfecta en la que todos interpretaban su papel, siempre con el objetivo de impedir que el Estado de derecho actuara".
Millo considera que, tras las primeras cargas policiales, el expresidente Carles Puigdemont "optó por la reacción más irresponsable de todas: pedir a sus seguidores que volvieran a los colegios para incrementar el choque".
De hecho, afirma que los Mossos preveían que pudiera haber una escalada de violencia, "como efectivamente ocurrió; pero a Puigdemont no le importó: él deseaba aquel escenario".
ARTÍCULO 155
El exdelegado del Gobierno en Catalunya reivindica que el 155 no eliminó la autonomía, sino que la reactivó, y ha destacado que los altos cargos del Govern, como el actual vicepresidente, Pere Aragons, y la exconsellera y diputada de JxCat Elsa Artadi, colaboraron y la "acataron con absoluta profesionalidad".
También se refiere a los presos soberanistas, sobre los que dice que nunca se ha alegrado de que haya dirigentes independentistas en la cárcel y que no ha "facilitado en nada las cosas", y cree que sin presos el independentismo no habría logrado mayoría absoluta en las elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017.
Pese a que no se alegra de que estén encarcelados, defiende que eran conscientes de que lo que hacían podía tener consecuencias graves: "Sabían a qué se exponían y, aun así, decidieron seguir adelante con sus ideas".
En otro fragmento del libro, Millo argumenta que en 2018 se había demostrado que el proceso soberanista había fracasado, según él, y lamenta que en ese momento la moción de censura a Mariano Rajoy que dio la Presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez fue "una milagrosa solución que podría devolver el oxígeno, los recursos, la notoriedad y la visibilidad al derrotado separatismo ilegal".
Para él, esa ha sido la única victoria que ha tenido el independentismo porque permitió "desalojar del Gobierno de España a los máximos responsables de la frustración de todas sus expectativas".
El ahora secretario de Acción Exterior de la Junta de Andalucía también plantea su propuesta para resolver el conflicto, que considera que no puede pasar por un referéndum, sino por "tejer una nueva mayoría social que ponga énfasis en la verdadera Catalunya del siglo XXI, en el valor de la unión ente todos los españoles y en el trabajo conjunto de todas las administraciones e instituciones en beneficio de Catalunya".