Pajares (CCAR): "La crítica que se hace al muro de Trump la merecen las vallas de Ceuta y Melilla"

Una novela negra del antropólogo muestra los abusos a inmigrantes en la frontera sur

BARCELONA, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado (CCAR-CEAR), Miguel Pajares, ha afirmado que "la misma crítica que se hace al muro de Trump, la merecen las vallas de Ceuta y Melilla" y todas las vallas que han construido recientemente países de la UE para impedir la entrada de refugiados.

En una entrevista de Europa Press, el antropólogo ha lamentado el trato injusto que reciben los refugiados e inmigrantes a las puertas de Europa, que se agravan hasta el punto de determinadas acciones "presuntamente criminales" que sufren en Ceuta y Melilla a manos de algunos guardias civiles, según él, y ha añadido que son presuntas porque no se terminan de investigar.

Ha habido "muertes que nunca han llegado a juicio", ha lamentado Pajares, que muestra estos abusos en su tercera novela, 'Aguas de venganza' (Editorial Alrevés), en la que aborda con el género policíaco casos basados en hechos reales, que conoce por sus 25 años de trabajo en la inmigración y en viajes que realizó a Ceuta, Melilla y Marruecos en 2015.

El protagonista, el inspector Samuel Montcada, se ve obligado a investigar unos crímenes perpetrados en la frontera sur para desvelar unos asesinatos producidos en Barcelona, e indaga en actuaciones de la Guardia Civil y de los policías y militares marroquíes, "descubriendo que hay más muertes que las que tenía que investigar".

El libro quiere lanzar un mensaje de "lucha contra la injusticia" que se está cometiendo, y se vale del formato novelado porque genera una empatía mayor que el ensayo --que ha usado en otras ocasiones-- porque pone a los personajes a acompañar al lector durante un tiempo, sensibilizándolo, además de llegar a un público más amplio.

MUERTES EN EL TARAJAL

El autor participará el sábado 4 de febrero en la última jornada del encuentro anual de novela negra BCNegra, donde llevará esta novela que recoge hechos como la muerte de 16 personas en la playa del Tarajal, un suceso sobre el que recientemente ha reabierto el debate el documental 'Tarajal'.

Pajares ha negado que a la frontera sur no lleguen refugiados: "Los subsaharianos que la saltan son tan refugiados como los sirios y los iraquíes", y muchos huyen de conflictos bélicos como el conflicto de Darfur (Sudán) y la guerra del norte de Mali, entre otras situaciones de vulneración de los derechos humanos.

"Hay toda una política europea de impedir que los refugiados lleguen que vulnera la convención de Ginebra y los tratados internacionales", ha deplorado, y ha añadido que, además de usar vallas, la entrada se limita con tratados como el de Turquía --a quien se paga para evitar que deje pasar a refugiados-- y negando el visado de entrada.

Estas iniciativas tienen como consecuencia las muertes en el Mediterráneo, según Pajares, que ha añadido que las duras condiciones de frío que sufren más de 60.000 refugiados en Grecia y Serbia ya han producido muertes, cuando eran las personas para las que se hizo el acuerdo de reubicación, que se cumple a un "ritmo vergonzantemente lento".

"El Gobierno debería aprovechar que tiene la población que más favorable es a la acogida", ha dicho, en contraposición con una gran parte de la sociedad que es contraria a acoger refugiados en otros países de Europa, y que provoca el auge de fuerzas políticas de derecha contrarias a abrir las fronteras.

Ha celebrado el apoyo que recibe su organización y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) --de la que depende-- por parte de ayuntamientos, gobiernos autonómicos y la sociedad civil, que ofrecen recursos y urgen al Estado a acelerar el proceso: "Todo lo que sea presionar, es importante".

Muchas personas refugiadas llegan por su cuenta, ha relatado, y ha lamentado en España suelen denegarse las solicitudes de asilo por motivos de persecución por género o por pertenecer al colectivo LGTBI --como mujeres que huyen de matrimonios forzosos-- cuando son el único motivo, aunque generalmente coinciden con otros motivos de vulneración de derechos humanos, por lo que se acaban concediendo.