Ensalza la "energía y espiritualidad" de Oteiza en una exposición
BARCELONA, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fundació Catalunya-La Pedrera volverá a mostrar en Barcelona la obra del escultor Jorge Oteiza en su "plenitud" en una exposición hasta el 22 de enero, casi 30 años después de su gran retrospectiva en la capital catalana, ha celebrado la directora del área de Cultura de la fundación y también comisaria, Marga Viza.
Ha subrayado que "esta exposición quiere volver a poner a Oteiza en su lugar, porque no se ha visto en su plenitud e inmensidad" en la capital catalana desde que la Casa Macaya de La Caixa le dedicó una gran exposición itinerante en 1988.
'Oteiza. La desocupación del espacio' quiere ensalzar la "energía y espiritualidad" del escultor en un recorrido centrado en la evolución de la obra del artista, ha remarcado Viza, que ha hablado de la magia y lo sublime de la obra del artista vasco.
La también comisaria Elena Martín ha destacado que el diálogo que entablan Oteiza (Orio, 1908-San Sebastián 2003) y el arquitecto catalán Antoni Gaudí en este proyecto, que entrevé conexiones entre ambos creadores, después de que el vasco visitara el obrador del modernista y quedara prendado de él.
El subdirector de la Fundación Museo Jorge Oteiza, Juan Pablo Huércanos, ha explicado que es un "proyecto muy ambicioso" dedicado al escultor vasco, artista clave en la evolución de los lenguajes artísticos del siglo XX, no solo por su estética, sino por su forma de practicar el arte como una forma de construcción de un nuevo hombre y una sociedad.
La exposición, de la que hay 130 obras entre esculturas, dibujos y collages del artista -tres venidas del Museo Reina Sofía y cuatro de coleccionistas--, empieza con una de las cajas metafísicas de su último periodo, una maternidad del primer periodo más primitivo y una columna de Gaudí, en toda una "declaración de intenciones", según Martín.
El itinerario propone un recorrido por todos los procesos experimentales del escultor, que empezó con una fase primitivista con influencias del arte precolombino, y después evoluciona hacia figuras antropológicas que, posteriormente, le llevarán a trabajar el vacío para llegar a su etapa conclusiva en 1959.
En el citado año, Oteiza dio por cerrada su fase de experimentación escultórica, tras crear una serie de cajas metafísicas como colofón de un proceso creativo de abstracción, con el que trabajó el vacío, los espacios y la luz en una búsqueda de "la presencia de la ausencia".
HUELLA, VACÍO: "NO QUIERO QUE PASE NADA"
"Todo el mundo quiere decir algo, por empleo. Yo quiero no decir nada, dejar huella, el vacío, de eso que uno no tiene que decir. Siempre pasa algo, en la obra de arte. Yo no quiero que pase nada. Solo un desempleo pasa y algo ha ocupado un lugar vacío en el que yo mismo he de pasar", decía el artista sobre su obra.
Tras la visita al taller de Gaudí, Oteiza escribió un texto en que queda prendado del pedazo geométrico de una columna o de una piedra sola, a la que asigna una tensión física imperceptible: "Una piedra quieta que está viva. Lo sagrado y mágico de lo inmóvil. Siempre me encontraréis en el país de lo quieto", dice.
La directora de la Fundació Catalunya-La Pedrera, Marta Lacambra, ha dicho que la exposición supone un paso adelante con lo que es una sensibilidad extraordinaria con el espacio: "Hemos desnudado más paredes para que haya un diálogo profundísimo de Gaudí con las esculturas de Oteiza".
La exposición, organizada en colaboración con la Fundación Museo Jorge Oteiza, incorpora también numerosos dibujos y documentación original del artista, y da a conocer diversas facetas de su trayectoria vital, política y creativa con facetas menos conocidas como la arquitectónica y poética.