BARCELONA 27 May. (EUROPA PRESS) -
Los pequeños mamíferos presentan una supervivencia peor durante las fuertes variaciones climáticas y, contrariamente a lo que podría parecer lógico, se extinguen en mayor medida que los mamíferos de mayor tamaño, según un estudio del Instituto Catalán de Paleontología (ICP), publicado en la revista 'Journal of Biogeography'.
El trabajo, encabezado por el investigador Isaac Casanovas del ICP, analiza el registro de mamíferos de la Península Ibérica durante parte del Mioceno --hace entre 16 y 6 millones de años--, y ha contado con la colaboración del Museo Naturalis Leiden (Holanda) y el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
Dicho registro es el más completo que existe en toda Europa durante esta época, y los datos analizados "rompen con algunos de los grandes tópicos sobre las extinciones provocadas por los cambios climáticos", señaló el ICP en un comunicado.
El trabajo indica que, en las épocas de bonanza climática, los hábitats favorables para los mamíferos se expanden, y por ello los animales ocupan mayores zonas de distribución. Como resultado, los fósiles hallados en la Península Ibérica sugieren que en la época más favorable existió una fauna más parecida al resto de Europa, de donde procedían originariamente los animales.
Al aparecer un nuevo cambio climático, con el enfriamiento progresivo del planeta tras la expansión de los casquetes polares, los hábitats favorables se fragmentaron en las regiones más meridionales, hasta desaparecer por completo. En este proceso, los investigadores afirman que solo los grandes mamíferos fueron capaces de emprender grandes migraciones hacia el norte, el lugar de donde procedían.
La hipótesis quedaría corroborada con la diversidad de mamíferos presentes en la Península, que creció y menguó en respuesta a las migraciones de los mamíferos del resto de Europa.
"La capacidad para dispersar y migrar se relaciona directamente con el tamaño corporal", según el ICP, por lo que los mamíferos más grandes pudieron moverse hacia sus hábitats preferidos, ya que su mayor capacidad de dispersión les permitió migrar entre pequeños sectores hasta alcanzar lugares más propicios.
En cambio, los pequeños mamíferos como musarañas, erizos, topos y murciélagos, al presentar una capacidad de dispersión menor y ser propios únicamente de hábitats con climas favorables, no pudieron resituarse y se extinguieron en mayor medida, concluye el trabajo.