Prevé la exhumación pronto y lamenta no tener el resultado del ADN de una máscara de Dalí
GIRONA, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
La figuerense Pilar Abel ha defendido que su padre es el pintor Salvador Dalí remitiéndose a los resultados de las pruebas que reclama: "A mí que me ataquen, pero la verdad la dirá la exhumación y el ADN", después de que una juez haya ordenado exhumarlo por su demanda de paternidad.
En una entrevista de Europa Press, ha pronosticado que la exhumación se producirá enseguida y que eso será muy bueno porque finalmente podrá saber quién es: "Quizás me llaman la semana que viene para mi ADN".
Con un gran número de entrevistas de medios al día desde que la juez ordenó la exhumación, Abel asegura estar muy cansada, por el estrés, la emoción y "un conjunto de cosas".
"Veo que se solucionará el 18 de septiembre y que la exhumación sigue adelante", ha dicho sobre la fecha del juicio previsto sobre la paternidad del artista.
Y ha replicado las críticas afirmando que, a estas alturas del proceso, está muy contenta porque "estas tonterías se están poniendo en contradicción".
"Bendigo la hora en la que se conocieron, y, si se quisieron, adelante", ha añadido Abel sobre su madre y Dalí, y ha pedido que la justicia haga justicia, ya que ella tiene derecho a saber quién es.
Abel ha defendido que ha heredado de Salvador Dalí su genio, y también cómo se enfadaba cuando le entrevistaban: "El mal genio me sale".
Ha subrayado que su madre no tiene Alzheimer y que dispone de un documento oficial sobre los achaques de su madre, que está impedida "de cintura para abajo", y, aunque tiene algunas lagunas, es ella quien la está animando a llevar adelante el caso.
No obstante, ha recordado que fue su abuela la que de pequeña le dijo que su padre era un famoso pintor que se llamaba Dalí: "Aquel hombre me daba un poco de respeto".
"A partir de entonces me callé", ha explicado la figuerense, que asegura que su padrastro no la aceptó nunca porque sabía que ella no era su hija.
Ha añadido: "Yo siempre fui la niña arrinconada y apartada que estaba en casa de mi abuela o en Roses o en Castelló; en todos lados, menos en mi casa".
Tras casarse para huir de su casa y fracasar en su matrimonio, empezó a trabajar en Girona y un día en 2007, yendo en coche con su hija y un conocido escuchándoles hablar de pintura, ella les espetó: "¡Si supieráis quién es mi padre!".
EL ADN DE UNA MÁSCARA
A partir de entonces, algunos conocidos le animaron a desentrañar su "secreto", ayudándola a llegar hasta uno de los grandes expertos actuales sobre Dalí, Nicolas Descharnes.
"Cuando le dije el nombre de mi madre, Antonia Martínez de Haro, cogió mucho interés", ha explicado Abel, a la que después una conocida que trabajaba en un restaurante contactó con ella para decirle que un señor quería hablar con ella y la citaba en un punto concreto.
Según relata, allí se presentó un hombre mostrándole una fotografía de una máscara mortuoria del artista que se le iba entregar en Girona a través de esta conocida: "La acompañé, me senté y vi cómo un hombre le daba una caja de zapatos".
"Mi madre no para de decírmelo. Tengo su testimonio, el de mi abuela, el de una cuidadora de mi madre y los ADN", según Abel, que asegura que todas sus pesquisas se están grabando en vídeo.
Ha añadido: "Mi madre lo único que quiere es que se haga justicia, igual que yo", ha dicho Abel, que lamenta no haber tenido nunca acceso a los resultados de ADN de la máscara.