Movió unos tráficos de 67,7 millones de toneladas, un 0,3% menos
BARCELONA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Puerto de Barcelona cerró el ejercicio 2019 con un beneficio neto de 44 millones de euros, un 18% menos respecto al año anterior, cuando el resultado fue de 54 millones, debido al aumento de los gastos no recurrentes.
Así lo han explicado este viernes en rueda de prensa la presidenta del Puerto de Barcelona, Mercè Conesa, y el director general, José Alberto Carbonell.
Entre estos gastos no recurrentes figuran una dotación de cinco millones de euros para hacer frente a litigios, como el del Moll Prat de 2008; el dragado general del Puerto, una actuación con un coste de 4,3 millones y que se realiza cada cinco años, y el aumento de un 26% de la aportación al Fondo de Compensación Interportuario --1,3 millones-- para atender las necesidades del fondo de capital 'Puertos 4.0', cuyo objetivo es atraer el talento en el sector logístico y portuario en el campo tecnológico.
La cifra de negocios del Puerto de Barcelona ascendió a 172 millones, un 0,6% menos respecto a los 174 millones del año anterior, mientras que el 'cash flow' ha caído un 5%, hasta los 97 millones, y el endeudamiento a largo plazo se ha reducido un 9%, hasta los 179 millones, representando el 12% de los fondos propios.
Han destacado la estabilidad en ingresos pese a la rebaja del 10% aplicada en la tasa a la mercancía, una de las principales fuentes de ingresos y que ha supuesto dejar de ingresar unos 4,5 millones.
En cuanto a los tráficos, el Puerto de Barcelona ha registrado un total de 67,6 millones de toneladas, un 0,3% menos: "Tras un año 2018 excepcional en mercancías y de venir del salto de escala de 2017, hemos logrado mantener niveles y conseguir un crecimiento plano", ha destacado Conesa, que ha subrayado la posición del enclave como 'hub' de distribución de productos energéticos.
Ha sostenido que el ejercicio 2019 ha estado marcado por incertidumbres y disrupciones que han provocado la desaceleración del comercio internacional y de la UE, especialmente Alemania, lo que ha tenido impacto en "muchos puertos del continente europeo", a lo que se suman las tensiones geopolíticas y el proteccionismo, que no ha permitido mantener unas relaciones comerciales fluidas, y la tendencia a la regionalización, es decir, a acercar la producción a los centros de consumo.
El tráfico de contenedores ha presentado una evolución negativa, con una caída del 3,2% y un total de 3,32 millones de TEU --unidad equivalente a un contenedor de 20 pies--, pese a que 2019 se ha situado con el segundo mejor año de la historia del Puerto de Barcelona en contenedores.
Asia es el principal continente de origen y destino de los contenedores que canaliza el Puerto de Barcelona, con un 42% de las exportaciones y el 75% de las importaciones, y China se consolida como el principal socio comercial al recibir el 11% de los contenedores de exportación y ser el origen del 42% de las importaciones, aunque también son importantes otros países como Egipto, Turquía y Arabia Saudita.
Carbonell ha destacado que más de 35 millones de toneladas corresponden al tráfico de la zona de influencia, lo que se define como el comercio real de mercancías sin contabilizar transbordos ni taras, manteniendo las cifras de 2018.
También presentan un comportamiento negativo los automóviles, con 778.000 unidades transportadas, un 4% menos, cerrando así en negativo por segundo año consecutivo, viéndose afectados los tránsitos (-17%) y las exportaciones (-3%), mientras que las importaciones crecen un 0,1%.
Los sólidos a granel han caído un 3,6%, hasta los 4,07 millones de toneladas debido a la reducción de las exportaciones de cemento iniciada en 2018, mientras que sí evolucionan positivamente los líquidos a granel, que han registrado su mejor dato histórico con 16,1 millones de toneladas, un 5,3% más.
Respecto a las mercancías transportadas por los servicios de transporte marítimo de corta distancia, se superaron las 410.000 unidades de transporte intermodal (UTI), un 0,5% más, lo que incluye el tráfico de las autopistas del mar, es decir, las líneas regulares que conectan la capital catalana con Italia y el norte de África.
INVERSIONES DE 72 MILLONES EN 2020
En 2019, el Puerto de Barcelona ha llevado a cabo una inversión pública de 60 millones de euros, un 21% más, que se destinó a proyectos como la ampliación del Moll Adossat, el aumento de calado del muelle Álvarez de la Campa, el refuerzo del sistema de amarre de las terminales de cruceros y la rehabilitación del Portal de la Pau, entre otros.
De cara a este 2020, el Puerto de Barcelona llevará a cabo una inversión de unos 72 millones, que se dirigirán también al Moll Adossat y la rehabilitación del Portal de la Pau, así como a los accesos ferroviarios, a la mejora de accesibilidad en las terminales de cruceros y a remodelar el área pesquera, entre otros proyectos.
3,14 MILLONES DE CRUCERISTAS
En cuanto a pasajeros, el Puerto de Barcelona recibió en 2019 a un total de 4,6 millones de usuarios, un 3% más, de los que 1,49 millones fueron viajeros de ferris de línea regular (+2,7%) y 3,14 han sido cruceristas (+3,1%).
Carbonell ha puesto en valor que el 56% de los cruceristas que pasan por el enclave portuario son de puerto base, que han crecido un 5%, y que se continúa avanzando en la desestacionalización de este tráfico, ya que los cruceristas que llegan a Barcelona en temporada baja --de octubre a abril-- ya suponen más del 40% del total.
GREEN DEAL
Conesa también ha recalcado que el Puerto de Barcelona hace suyo el Green Deal europeo con el proyecto de electrificación de los muelles, y que mantiene su objetivo de ser un puerto neutro en carbono en 2050.
Además, ha recordado que la cuota de transporte ferroviario se sitúa en un 13% en contenedores y en el 35,5% en vehículos, lo que permite reducir las emisiones de la actividad portuaria, evitando la emisión de 50.000 toneladas de dióxido de carbono en 2019.