Puigdemont afirma que el Pacto Nacional por la Industria permitirá a Catalunya liderar la industria del futuro

"Culmina muchos esfuerzos y muchas sensibilidades puestas en común" valora el presidente

BARCELONA, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha presidido este lunes la firma oficial del Pacto Nacional por la Industria, que ha defendido que servirá para que Catalunya esté preparada para liderar la industria del futuro y "seguir dando a las futuras generaciones lo que la industria ha dado a muchas generaciones" hasta ahora, que ha resumido en progreso económico y social.

Al acto de firma del pacto han asistido el conseller de Empresa, Santi Vila; los secretarios generales de CC.OO. y UGT de Catalunya, Javier Pacheco y Camil Ros, respectivamente; el presidente de Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà; el de Pimec, Josep González, y la presidenta de Fepime, María Helena de Felipe.

El Pacto Nacional por la Industria cuenta con un presupuesto de 1.844 millones de euros para desarrollar más de 116 actuaciones hasta 2020, que se han consensuado entre Generalitat, patronales y sindicatos desde julio del año pasado.

Este acuerdo coge el testigo al 'Pacte Més Indústria', impulsado el 2013 por agentes económicos y sociales y universidades, que incorporaba una serie de medidas que sirvieron para redactar la propuesta actual.

Puigdemont ha manifestado su reconocimiento al trabajo hecho por el exconseller de Empresa, Jordi Baiget, para alcanzar un consenso suficientemente amplio para poder conseguir este pacto, y también se ha referido al conseller Santi Vila y a su equipo porque tendrán la responsabilidad de llevar a cabo las medidas acordadas.

Ha recordado que la intención es que el sector industrial alcance un peso del 25% del PIB de Catalunya, cinco puntos por encima de lo que marca la estrategia de la UE, y también ha hecho hincapié en que una industria fuerte contribuirá a reducir el paro y a crear más y mejor empleo, dos objetivos que deben centrar la política económica.

Ha destacado que este pacto "culmina muchos esfuerzos y muchas sensibilidades puestas en común", así como también mucha generosidad para conseguir alcanzar acuerdos que permitan tener una visión a medio plazo de la política industrial de Catalunya, con el objetivo de que sea protagonista de la cuarta revolución industrial, vinculada a la digitalización y la innovación.

"Por primera vez en mucho tiempo, hay consenso político y social en la defensa de la industria como forma más sólida de crecer y de crear puestos de trabajo", ha sostenido Puigdemont, que ha resaltado que es un consenso que sobrepasa el ámbito político.

POLÍTICA INDUSTRIAL EN MARCHA

En este sentido también se ha pronunciado el líder de UGT de Catalunya, Camil Ros: "Podemos afirmar que en Catalunya volvemos a hacer política industrial", ha celebrado, y ha subrayado que los países que mejor han resistido la crisis son los que tienen un sector industrial fuerte, porque es el que genera más trabajo y también más estable y de más calidad, a la vez que contribuye a la cohesión social y el equilibrio territorial.

Su homólogo en CC.OO., Javier Pacheco, ha manifestado su satisfacción porque el pacto supone el reconocimiento de un trabajo intenso durante cinco años y "pone las bases para orientar la actividad industrial hacia la cuarta revolución industrial".

Ha asegurado que hay que potenciar el consumo interno, aumentar los marcos de concertación e incrementar los salarios de los trabajadores para reforzar la industria.

El presidente de Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà, ha puesto énfasis en la importancia de la industria desde el punto de vista territorial, ya que "la industria es local", y permite tener masa de trabajadores donde está ubicada, mientras que la presidenta de Fepime, María Helena de Felipe, ha valorado que el pacto no se ha quedado en un documento de buenas intenciones, sino que cuenta con un compromiso presupuestario y acciones concretas.

El presidente de Pimec, Josep González, ha resaltado que el pacto incida en la necesidad de reducir el coste energético de la industria en Catalunya, que le resta competitividad, así como también en la formación profesional, ya que ha alertado de que hay una carencia de trabajadores calificados.