"Catalunya vive un momento histórico y la cultura se siente comprometida", dice Duarte
BARCELONA, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha hecho un llamamiento este martes a luchar contra el "analfabetismo cultural" para conseguir una sociedad más culta, más civilizada, más libre y más dueña de su propio destino.
Lo ha dicho en la recepción en el Palau de la Generalitat de los Premis Nacionals de Cultura 2017, la distinción más relevante en el ámbito cultural que este año ha recaído en Raimon, Emma Vilarassau, Albert Serra, Joan Francesc Mira, Josep Cots, Maria Espeus, Hèctor Parra, Carles Santamaria, la Fundació Apel·les Fenosa y el Secretariado de Corales Infantiles de Catalunya.
Con la única ausencia del cantautor valenciano, Puigdemont ha condecorado a los galardonados con una insignia, y ha felicitado y agradecido su aportación al ámbito cultural desde la transversalidad.
"No está escrito en ningún sitio qué debemos ser", ha dicho el presidente de la Generalitat, que ha añadido que esta decisión a menudo se toma acompañada de un contexto de creación cultural y bandas sonoras vivas como contexto.
Antes de la celebración del acto de entrega de los galardones el próximo miércoles 14 de junio en Rubí (Barcelona), ha insistido en que un territorio pequeño como el catalán puede hacer "aportaciones a la civilización" desde el ámbito cultural, con la construcción de una sociedad de paz puertas hacia dentro y hacia fuera.
"MODERNIDAD CULTURAL"
Precedido por el canto de dos piezas a cargo de la coral infantil Voramar, Puigdemont ha felicitado también el trabajo del Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (Conca) por contribuir a "construir la modernidad cultural" catalana.
Acompañado del conseller de Cultura, Santi Vila, el presidente del Conca, Carles Duarte, ha empezado su discurso destacando la implicación de la cultura con el presente: "Catalunya vive un momento histórico y la cultura se siente comprometida".
Duarte ha subrayado el papel de la cultura como configurador de un territorio, espejo en el que se miran las personas individualmente y "escenario siempre dinámico en diálogo con el mundo".