A su juicio, Macron constata que la bonanza económica expulsa a los populismos
BARCELONA, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
El conseller de Cultura de la Generalitat, Santi Vila, ha asegurado este jueves que Catalunya "tiene un problema de sobredosis ideológica" que es como un talón de Aquiles actitudinal.
"Tenemos un problema de sobredosis ideológica. Estamos sobrecalentados. Y algunos especialmente. Algunos más que otros", ha dicho en la conferencia 'Talent i feina. El país que volem' en la Llotja de Mar.
Vila ha dicho que este sobrecalentamiento de componente ideológico "puede poner en riesgo la herencia" de Catalunya, frente a la misión de transmitir un modelo de sociedad de éxito.
"Nos tenemos que seguir proyectando a los ojos del mundo como un país amigo de la actividad económica, de la creatividad y la innovación", ha dicho remarcando que es necesario crear riqueza, ya que para él el talento genera ideas, las ideas atraen dinero, y el dinero bien invertido comporta riqueza y trabajo.
SEGURIDAD JURÍDICA
Como ejemplos de esta sobredosis, Vila ha lamentado que "Barcelona se equivoque" oponiéndose a grandes inversiones que ya tienen licencia --como un hotel en Drassanes--.
"Este país no se lo puede permitir. Se puede permitir apostar por un modelo de sociedad y otro, pero no se puede permitir poner en riesgo la seguridad jurídica de cara al mundo. Así se lo manifesté a la alcaldesa", ha dicho Vila, que retrajo a Ada Colau poner en crisis un proyecto que ya tenía la licencia en el bolsillo.
Asimismo, ha dicho que Catalunya se equivocaría si mantuviera demasiado tiempo la demonización del papel de las empresas porque es un lugar de emprendedores: "A veces por sobredosis ideológica o por ignorancia se ponen en riesgo elementos vertebradores de nuestra sociedad".
Vila también ha citado el error que sería modificar el sistema de provisión sanitaria público-privado y la libertad educativa de los padres: "Hay muchos elementos que nos indican que estamos confundidos, que hay niebla".
"Tenemos que ser vistos com un país seguro jurídicamente y socialmente", ha dicho el conseller, que ha señalado que se está saliendo de la crisis, en la que algunos han aprovechado para salir a decir 'No nos representan'.
CALCETINES DE COLORES A LOS 50
Ha criticado que se haya intentado superar la crisis a base de regeneracionistas, abandono de corbatas, políticos de 50 años con calcetines de colores y fichando a candidatos independientes, y frente a ello ha urgido a "volver a los orígenes y a los valores fundacionales".
Ha citado el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas: "Emanuel Macron demuestra que si hacemos las cosas bien reprendemos el camino del progreso".
Ha asegurado que el candidato francés constata que "cuando la economía crece, decrece el populismo y las políticas radicales pierden adeptos porque la gente vuelve a tener osas que perder".
A su juicio, Catalunya se encuentra ante un cruce en el que puede aspirar a ser la Inglaterra del Sur --parafraseando a Joan Maragall-- o la Dinamarca Mediterránea --citando a Artur Mas--: "A pocos metros de aquí algunos deben soñar para convertir Catalunya en Venezuela o Cuba".
A su juicio, es necesario apostar por el talento y la educación, y convertir el talento en oportunidades de progreso: "La condición necesaria y no suficiente para el éxito económico de un país es disponer de talento".
Preguntado sobre cómo debería ser el gobierno municipal de Barcelona, ha dicho que "la alternativa radical y decidida" al ejecutivo de Ada Colau: una candidatura ciudadana, sin partidismo, de centro, de un espectro amplio de gente que ame la ciudad.
Sobre el proceso soberanista ha dicho: "Estamos al final del proceso que nos interrogará a todos como ciudadanos. No podemos hacer de Mr.Jekyll y Mr.Hyde"; y ha subrayado que los políticos responden a un mandato ciudadano.
El presidente de la Cambra de Barcelona, Miquel Valls, ha agradecido la "capacidad de diálogo" de Vila, especialmente con la ministra de Fomento, Ana Pastor, que se está consolidando con medidas como el tren directo al aeropuerto, como consecuencias de su etapa como conseller del ramo.