El sociólogo 'Kois' explica cómo la agricultura urbana "reteje" vínculos sociales en 'Huertopías'

Archivo - El sociólogo José Luis Fernández Casadevante 'Kois'.
Archivo - El sociólogo José Luis Fernández Casadevante 'Kois'. - NACHO GOYTRE - Archivo
Publicado: lunes, 10 febrero 2025 18:24

Pide políticas públicas que apoyen el ecourbanismo para diseñar "ciudades mejores" BARCELONA 10 Feb. (EUROPA PRESS) -

El sociólogo José Luis Fernández Casadevante, 'Kois', explica en su libro 'Huertopías' (Capitán Swing) cómo la agricultura urbana "reteje" vínculos sociales deteriorados y pide políticas públicas que apoyen el ecourbanismo para diseñar ciudades mejores.

Fernández Casadevante, con más de 20 años de experiencia en movimientos vecinales, asegura en una entrevista con Europa Press que, frente a un presente individualista, "la gente que ha participado en huertos comunitarios, que no viene de trayectorias activistas, reconoce que es feliz, que ha encontrado un lugar que ayuda a dar sentido a su vida, que ha reconectado a nivel social y comunitario con otras personas y que precisamente eso es lo que más valora".

Vecino del barrio madrileño de Vallecas, el autor asegura que no es necesario tener conocimientos previos para involucrarse en estas iniciativas: "La primera vez que montamos el huerto comunitario en nuestro barrio, hace ya 15 años, el 90% de los que nos involucramos no habíamos plantado nunca nada para tratar de producir alimentos".

En su opinión, "la clave es precisamente tener el interés por probar algo diferente y atreverse. Porque luego las plantas son muy agradecidas, es decir, tienen vocación de supervivencia" y a la mínima que se las cuida y mima "ellas ponen mucho de su parte".

Aprecia una capacidad mágica, en sus palabras, en la actividad hortícola que genera una serie de relaciones sociales, un valor añadido: "Igual que cuando le pica la araña, Spiderman descubre que es un superhéroe y tiene poderes, muchas personas cuando empiezan a cultivar alimentos se dan cuenta de que tienen un pequeño superpoder".

'Kois' alude a los beneficios de trabajar con las manos y de reconectar con la naturaleza sobre el ser humano --"mejor un huerto que ir a un gimnasio", afirma-- y lamenta que, tras las lecciones que dejó la pandemia, se perdiera la posibilidad de haber hecho transformaciones más ambiciosas.

UTOPÍA IMPERFECTA

El título del libro juega con la palabra utopía, pero precisa que se trata de utopía más imperfecta, consistente en reivindicar imágenes de cómo serían ciudades alternativas, ciudades mejores, de ahí la "capacidad multifuncional que tiene la agricultura urbana, que produce alimentos, pero renaturaliza espacios degradados y les devuelve una cierta calidad".

Reclama políticas públicas que generen marcos reguladores favorables pues con apoyo económico e institucional, muchas de esas iniciativas podrían dar un salto cualitativo y ofrecer "cosas maravillosas".

Considera que en los últimos años se ha avanzado en ello: instituciones como Naciones Unidas, a través de la FAO, se han tomado en serio el ecourbanismo, al igual que ciudades como Nueva York, con una concejalía de agricultura urbana, o París, con un "ambicioso" programa de transformación urbana.

En España, en Madrid o Barcelona también hay muchos proyectos comunitarios: "En un contexto político como muy hostil hacia este tipo de cosas, la agricultura urbana ha logrado un pequeño consenso y está fuera, de momento, de la disputa partidista".

PRISIONES

El sociólogo destaca en su libro las experiencias llevadas a cabo en hospitales o en cárceles como la de Córdoba: "Si nos planteamos una estrategia menos punitiva, más centrada en la rehabilitación de las personas, la agricultura debería tener un lugar en las prisiones que ayudara a flexibilizar algunas normativas y permitiera a muchas personas prepararse para su reinserción en la vida civil".

Frente a la falta de espacio en las ciudades, Fernández Casadevante explica que muchas urbes comienzan a plantearse el cultivo fuera de suelo, como plantar huertos en las azoteas: "En el libro, un poco en tono de broma, digo que tanto un promotor inmobiliario como un hortelano especulan sobre el suelo, miran una parcela vacía y ven cosas distintas: uno ve rentabilidad de edificabilidad, ganancias potenciales, y otro ve un lugar en el que se podrían cultivar relaciones sociales".

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