Advierte de las dificultades económicas y financieras que tendría un eventual Estado catalán
BARCELONA, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El exministro de Economía Carlos Solchaga ha asegurado este jueves que "no es posible una independencia de Catalunya que no sea traumática", y ha advertido de las consecuencias que tendría una eventual secesión a nivel económico y financiero, con un territorio fuera de la Unión Europea (UE) y altamente endeudado.
Lo ha dicho en el Col·legi de Periodistes de Catalunya, en un acto junto al consejero del Banco de España y catedrático de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), Guillem López Casasnovas, en el marco de un ciclo de debates organizado por la Asociación de Periodistas Europeos y la Fundación Diario Madrid.
Según Solchaga, los catalanes han demostrado a lo largo de la historia su "capacidad de construir y gobernar un Estado" y aunque podría ser viable, un eventual Estado catalán tendría muchas dificultades económicas, algo que deberían explicar a la ciudadanía los políticos catalanes que defienden la secesión.
El exministro ha instado que hay que poner en valor que durante los últimos 30 años, a Catalunya le ha ido bien formar parte de España, y prueba de ello son las mejoras que ambos territorios han experimentado en diferentes variables, como infraestructuras, políticas sociales y renta por cápita.
AFIRMACIONES "EXAGERADAS"
En estos momentos el debate sobre cómo tiene que ser la relación entre Catalunya y el resto de España se ha envenenado, y ha lamentado que se utilicen expresiones que son del todo "exageradas", como asegurar que la comunidad sufre un expolio, y en este sentido, ha concretado que, en función del método de cálculo que se utilice, las balanzas fiscales son más o menos favorables a la Generalitat.
Para Solchaga, hay "una probabilidad extremamente pequeña" de que Catalunya pueda alcanzar su independencia de forma acordada con el Estado, porque cualquier Gobierno central se opondría a ella con independencia de su color político, y de ahí que, según él, una eventual secesión sería necesariamente traumática.
Tras diagnosticar la incapacidad que tiene en estos momentos el Gobierno de Mariano Rajoy de plantear una reforma constitucional que posibilitase la independencia, ha descrito que un eventual Estado catalán tendría graves dificultades para financiarse, con una elevada primo de riesgo y una deuda pública con un rango de 'bono basura', y sin capacidad decisoria para combatir una deflación.
En cambio, López Casasnovas ha asegurado que si en Catalunya ha crecido el "sentimiento de desafecto" hacia España es por las bajas inversiones en infraestructuras, las diferencias en financiación en cuanto a las autonomías forales, la situación del Aeropuerto de Barcelona supeditado a los intereses de Madrid y unas políticas económicas donde se privilegian a las multinacionales y no a las pequeñas y medianas empresas.
"La sociedad catalana se ha cansado de tonterías", ha dicho López Casasnovas, quien ha lamentado que no se haya dado cumplimiento a demandas que desde hace décadas se formulan desde Catalunya, como el principio de ordinalidad.