Testigos dicen que los acusados de matar a un hombre en Tordera (Barcelona) querían robarle marihuana

Aseguran que la víctima se dedicaba a vender esta sustancia y "a robar en plantaciones"

BARCELONA, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un amigo del hombre asesinado durante un robo de marihuana en Tordera (Barcelona) el 11 de junio de 2022 ha declarado que la intención de los cuatro acusados era robar "8 o 9 kilos de marihuana" cuya compra habían apalabrado con la víctima el día anterior, en el marco de la tercera sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia de Barcelona

Según el testigo presencial de los hechos y amigo del fallecido, dos de los ahora acusados acudieron a la urbanización junto a un intermediario el viernes, el día previo al crimen, y uno de ellos subió al piso de la víctima para ver la marihuana, que estaba distribuida en "dos o tres bolsas negras" y cerraron un acuerdo, pero quedaron en que la recogerían al día siguiente.

El sábado 11 de junio, el día de autos, el testigo ha explicado que su amigo lo recogió en su casa y ambos desayunaron junto a tres de los acusados en una cafetería de la urbanización en la que residía la víctima en Tordera, pero que no hablaron de la marihuana porque "el acuerdo estaba cerrado del día de antes".

EL DÍA DEL CRIMEN

Sobre las 11 de la mañana acudieron al bloque de su amigo para hacer la transacción, que se efectuó en casa del vecino de arriba --al que también conocían--, y que uno de los acusados "se acercó a la bolsa, se agachó y la miró" y acto seguido sacó una pistola.

Según su testimonio, el ahora acusado pidió que se tiraran todos al suelo y así lo hicieron, menos el fallecido, que se abalanzó sobre otro de los procesados que, según este testimonio, hacía gestos para sacar algo que podría ser otra arma.

"Le quitaron la vida a mi amigo", ha dicho entre sollozos el testigo, que ha explicado que escuchó varios disparos tanto dentro de la casa como del rellano y que todo sucedió en cuestión de segundos y que cuando salió del domicilio ya vio a su amigo tendido en las escaleras muerto de tres disparos.

A preguntas de la fiscal sobre la intención de los acusados, el testigo, que ha señalado a varios de ellos como las personas presentes en el escenario del crimen y durante la negociación previa, ha respondido: "Robar".

Sobre si la víctima azuzó a su perro Golfo para que "se comiese" a los acusados, a preguntas de una de las defensas, el testigo ha expresado que cree que sí, porque el perro era muy obediente y estaban muy unidos, pero que desconoce si el animal, que resultó malherido a causa de un disparo, se abalanzó sobre alguno de los procesados.

OTRO TESTIGO

El otro testigo presente el día de los hechos, el vecino e inquilino del piso en el que se produjo el crimen, ha declarado que se estaba liando un cigarrillo en la cocina cuando entró la víctima con unas bolsas seguido de cuatro personas y que, a los pocos segundos, entraron dos más y una de ellas gritó "al suelo, al suelo".

Según él se quedó "sorprendido" al descubrir que en las bolsas había marihuana, una sustancia que alguien tiró por la ventana durante el ataque y que quedó esparcida por los tejados de las plantas inferiores y ha reiterado que él desconocía que su vecino se dedicaba a este negocio ilícito, alegando que sabía que trabajaba en una farmacia de noche, motivo por el que a veces se ocupaba de su perro Golfo.

Este mismo testigo, que no ha podido reconocer a los acusados como los autores del crimen, ha asegurado que apenas vio nada porque se agachó en la cocina y porque estaba medicado, asustado, "de los nervios" y que uno de los agresores lo atacó a él también con una katana decorativa y tuvo que defenderse con un casco de moto y con una mancuerna.

"SE DEDICABA A ROBAR PLANTACIONES"

Sin embargo, una de las vecinas del bloque ha declarado que ella sí sospechaba que la víctima se dedicaba al tráfico de marihuana porque le ofreció personalmente que se metiera en el negocio si se quedaba sin trabajo, en sus palabras, una oferta que ella rechazó.

El día de los hechos escuchó lo que creyó que eran petardos, por tratarse de una fecha próxima a San Juan, pero enseguida oyó a su vecino gritando "lárgate de aquí", motivo por el que abrió la puerta y asomó la cabeza.

Según ella vio a una persona con una gorra que empuñaba un arma y, cuando salió, se encontró con el perro de la víctima en la puerta del ascensor sangrando y a su vecino entre el segundo y el tercer piso ya muerto.

"Por lo que yo sé se dedicaba a vender marihuana, se dedicaba a robar plantaciones, más de una vez le ha salido mal", ha dicho la testigo sobre la víctima, que ha expresado que los agresores querían robarle la mercancía que tenía y que éste no se dejó.

Otro vecino ha explicado que conocía a la víctima desde el colegio, pero que un año antes de su muerte dejaron de tener contacto porque "empezó a hacer cosas ilegales", como cultivos de marihuana, y que él nunca quiso participar en ese negocio, que incluía asaltos a otras plantaciones.

Además, ha expresado que gente del entorno del fallecido no entregó "de primeras" su teléfono a la policía para borrar algunos mensajes que podría incriminarles en negocios ilícitos.

SE ENFRENTAN A 27 AÑOS DE CÁRCEL

Tres de los acusados están en prisión preventiva desde el momento de su detención el mismo día de los hechos, mientras que el cuarto fue aprehendido en mayo de 2023 y un quinto implicado, que nunca fue arrestado, se encuentra en paradero desconocido.

La Fiscalía les atribuye la autoría de un delito de asesinato con el propósito de facilitar la comisión de otro delito, una tentativa de robo con violencia en casa habitada con uso de armas, un delito de maltrato de animal doméstico con uso de armas peligrosas para la vida del animal, y un delito de tenencia ilícita de armas de fuego, pues ninguno de ellos tenía licencia y, a uno de ellos, le suma un delito de lesiones leves por el que pide 2 meses de multa con una cuota diaria de 20 euros.

Por estos hechos solicita para todos ellos 27 años de prisión, así como que indemnicen de forma conjunta a los padres de la víctima con 150.000 euros a cada uno por la pérdida de su hijo y al hermano con 90.000 euros.