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Es cuando se prevé aprobar la ley de financiación del transporte público y la de mitigación del cambio climático
BARCELONA, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
El conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Santi Vila, confía en que en la próxima legislatura se aprueben la ley de financiación del transporte público y la de adaptación y mitigación del cambio climático.
Ambas normativas tienen un punto en común: gravar la movilidad privada, sobre todo la contaminante, para financiar el transporte público.
En declaraciones a los medios tras abrir una jornada técnica sobre el nuevo sistema T-Movilidad, Vila ha defendido ambas iniciativas, que se encuentran en tramitación parlamentaria: "Si el Govern de Catalunya apuesta por una movilidad sostenible y un buen servicio de transporte público, tenemos que garantizar una correcta financiación".
"Toda la movilidad privada --incluyendo mercancías-- contaminante en Catalunya deberá ser gravada de alguna manera", ha continuado Vila, que ha declinado explicar cómo se articularía el gravamen y su importe.
Eso sí, ha confiado en que este 2015, pese a que la legislatura actual se ha acortado tras la convocatoria electoral del 27 de septiembre, quede "todo a punto" para que en la siguiente se puedan aprobar definitivamente ambas leyes.
En septiembre del año pasado, el Govern ya anunció que estudiaba la implantación de un nuevo impuesto a la movilidad privada en el área metropolitana de Barcelona, una medida dentro del Plan de Calidad del Aire por la que el 90% de su recaudación se destinaría a financiar el transporte público a través de un fondo de protección del medio ambiente.
El objetivo de esta actuación es establecer una fiscalidad autonómica a las emisiones de contaminantes atmosféricos que se generan en los desplazamientos de los vehículos comerciales y privados cuando circulan dentro de la zona de protección especial (ZPE).
El 10% restante del fondo de protección ambiental se destinaría a actuaciones para aumentar la eficiencia de vehículos privados mediante acciones que incrementen la ocupación del vehículo, la promoción de los planes de desplazamiento de empresa, la generalización de la conducción eficiente y la promoción e incorporación de tecnologías de movilidad eficiente en entorno urbano.
Quedarían exentos de este gravamen los vehículos que cumplen las condiciones de vehículo más limpio definidos para la actuación de reducción del 30% de los peajes, así como vehículos comerciales de flota que dispongan del distintivo ambiental de flotas de vehículos otorgado por la Dirección General de Calidad Ambiental.
T-MOVILIDAD
En la apertura de la jornada 'T-Movilidad: el futuro de la movilidad en Catalunya', Vila ha ratificado el calendario de la implantación de este nuevo sistema sin aportar más novedades al respecto: en el segundo semestre de 2016 la nueva tarjeta estará operativa en Barcelona --primera corona tarifaria-- y será una realidad en toda Catalunya en 2018.
La T-Movilidad es un nuevo sistema de pago inteligente en el transporte público que sustituirá los 84 abonos actuales --catorce tipos de títulos por seis zonas de transporte-- y con el que se pasará de la banda magnética al chip.
El contrato, de entre trece y quince años, se adjudicó en octubre por 58,1 millones de euros al consorcio formado por CaixaBank, Fujitsu, Indra y Marfina --que integran el operador Soc Movilidad--, una cantidad que se destinará a implementar la maquinaria y el programario necesarios para lanzar la T-Movilidad en las 74 empresas de transporte público que forman parte del sistema tarifario integrado.
La T-Movilidad incorpora una tecnología 'contactless' con un chip electrónico que se podrá implantar en la propia tarjeta y en otros soportes como relojes, pulseras, ropa y 'smartphones' y que permitirá hacer recargas por Internet.
El precio del transporte estará adaptado a la movilidad de cada ciudadano, de forma que se premiará la recurrencia: el precio del viaje será más barato cuantos más desplazamientos se hagan.
El representante de Soc Movilidad Miquel Martí ha coincidido con Vila en que "desde la movilidad privada se debe intentar financiar el transporte público", y garantizado que habrá un tiempo de transición en que la T-Movilidad y los abonos actuales convivirán para la adaptación del ciudadano.
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