MELILLA, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Delegación de Gobierno ha decidido cerrar durante todo el fin de semana la frontera de Farhana, la segunda en importancia que separa Melilla de Marruecos, para ejecutar una de las últimas fases de las obras de remodelación de este puesto fronterizo, en medio de una polémica con los sindicatos de Policía, que acusan a la institución de realizar obras molestas e insalubres mientras los funcionarios realizan su trabajo de control de entrada y salida de cientos de vehículos y peatones.
Según ha explicado este sábado la institución que preside Abdelmalik El Barkani, la Delegación del Gobierno fue la que determinó, en la mañana del viernes, la paralización del inicio de las obras de asfaltado del recinto fronterizo de Farhana, "una vez la empresa constructora desatendiera abiertamente el compromiso adquirido de coordinar".
La institución ha asegurado que se ve en la necesidad de aclarar este extremo "tras comprobar el nivel de desinformación y confusión del que han hecho gala algunos sindicatos policiales, empeñados en instrumentalizar unas obras necesarias para mejorar el tránsito fronterizo y las condiciones laborales de los funcionarios de Policía Nacional y Guardia Civil que prestan servicio en dicha frontera".
En este sentido, ha apuntado que "la prudencia desaconsejó inicialmente censurar de forma pública el proceder unilateral de la constructora que, aún habiéndose comprometido a comunicar personalmente en conversación directa con el delegado, cuándo estaría en condiciones de iniciar las obras de asfaltado, acordó por su cuenta comenzar los preparativos, creando condiciones no deseadas tanto para los funcionarios de servicio en el puesto de Farhana como para los ciudadanos que transitaban por la misma frontera".
Una portavoz gubernamental ha subrayado no obstante que la reacción de la Delegación del Gobierno fue rotunda y, de inmediato, se ordenó su paralización y aplazamiento hasta que la frontera estuviese cerrada, conforme a lo que ya estaba previsto desde la mañana del pasado jueves, y que fija el cierre de esta frontera durante el sábado y el domingo, tanto a vehículos como a peatones.
"Acusar al delegado del Gobierno de mentir o improvisar por un hecho ajeno a su gestión directa, no sólo demuestra desinformación y apresuramiento en unas conclusiones injustas y claramente infundadas, sino que evidencia el ánimo obsesivo por polemizar y destruir una iniciativa imprescindible aunque no por ello exenta de molestias", ha apuntado la entidad en un comunicado.
Por último, ha recordado que "conscientes además de la complejidad que caracteriza a la frontera sur de Europa, resulta especialmente deleznable el discurso de confrontación que algunos explotan de continuo, en exclusivo beneficio de sus particulares intereses y obviando el bien general que persigue la remodelación y mejor reordenación de los puestos fronterizos entre Melilla y Marruecos".