El presidente de Melilla pide recurrir la sentencia del Tribunal Europeo que condena a España a una multa de 10.000 por la devolución de dos subsaharianos
MELILLA, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda (PP), ha dicho que se tendrá que subir la altura de la doble valla que separa Melilla de Marruecos --hace una década subió de tres a seis metros de altura--, si no se pueden realizar rechazos en frontera después de que el Tribunal Europeo haya condenado a España por la devolución sumaria de dos subsaharianos en 2014.
A pregunta de los periodistas, Juan José Imbroda ha hecho una defensa de la Guardia Civil en la alambrada al asegurar que los agentes "se están partiendo la cara por defender la frontera de España y de Europa aquí" para frenar la inmigración irregular que llega a la ciudad española del Norte de África que posteriormente se traslada a países europeos.
Imbroda ha dicho que espera que España recurra la sentencia porque de lo contrario la doble valla sería vulnerable y sería necesario incrementar la altura para impedir la presión migratorio que ejercen inmigrantes de origen subsaharaiano que o bien saltan las vallas o a través de patera, aunque también ocultos en dobles vehículos e incluso a la carrera por los puestos fronterizos habilitados.
De lo contrario, Imbroda ha dicho que teme que si mantiene el criterio de la sentencia del tribunal europeo, supondría "un efecto llamada" para los miles de subsaharianos que esperan una oportunidad de pasar a Ceuta y Melilla.
La primera autoridad melillense ha señalado que donde el Tribunal Europeo debería actuar es contra las mafias de la inmigración al recordar que los subsaharianos "no llegan a la valla de forma espontánea" sino que lo hacen después "penalidades, violaciones, agresiones y dinero en el camino" por la acción de dichas mafias.
LA SENTENCIA
El Alto Tribunal europeo considera que, en los hechos denunciados, se ha producido una expulsión colectiva y se ha impedido el acceso a un recurso, algo que viola la Convención Europea de los Derechos Humanos.
La sentencia, cuyo fallo es unánime --aunque recoge un voto particular del juez ruso Dmitry Dedov--, se refiere al retorno inmediato de dos inmigrantes, N.D. y N.T., de Malí y Costa de Marfil, registrado el 13 de agosto de 2014, que habían intentado entrar en territorio español a través de la valla de Melilla.
Según el auto, ambos inmigrantes fueron expulsados y enviados de vuelta a Marruecos en contra de sus deseos sin que mediara intervención administrativa o judicial previa.
En este sentido, señala que "en ningún momento" fueron sometidos a procedimiento de identificación por parte de las autoridades y llega a la conclusión de que las medidas adoptadas corresponden a una actuación de naturaleza colectiva.
Además, añade que la versión de las demandantes sobre su intento de escalar la valla hacia Melilla fue corroborada por numerosas declaraciones de testigos y periodistas, recogidas por los comisionados de la ONU para Refugiados y Derechos Humanos.
Por último, el Tribunal de Estrasburgo detecta un "vínculo claro" entre la "expulsión colectiva" en la frontera de Melilla y la falta de acceso a un recurso que les hubiese permitido presentar su queja ante una autoridad competente y obtener un minucioso y riguroso examen de sus solicitudes antes de ser devueltos.