MADRID, 27 Sep. (CHANCE) -
Menuda sorpresa se han llevado todos los seguidores de Jessica Simpson cuando la estrella ha comenzado a publicar nuevamente fotografías de su cuerpo. Y es que, en los dos últimos años pocas han sido las instantáneas de cuerpo entero que la cantante ha compartido con sus seguidores. Estos nos hace pensar que Jessica no se sentía del todo cómoda con su figura, especialmente después de dar a luz a su tercera hija, momento tras el cual decidió desaparecer de sus publicaciones en Instagram. Observa la siguiente fotografía.
¡Impresionante! Parece ser que Jessica ha decidido que necesitaba un cambio tras tres embarazos y se ha puesto a trabajar con un entrenador personal, como ella misma se ha encargado de explicar: "Seis meses, cuarenta y cinco kilos (sí, incliné la balanza hasta los 108 kilos). Mi primer viaje lejos de Birdie Mae, y emocionante por muchas razones, pero estoy muy orgullosa de sentirme yo nuevamente. Incluso cuando me parecía imposible, elegí trabajar más duro", ha escrito la cantante junto a una fotografía de cuerpo entero donde podemos apreciar su nuevo aspecto.
Su pequeña Birdie Mae nació en marzo de este año y fue en ese momento cuando Jessica comenzó su cambio de figura. La actriz pidió ayuda a su entrenador personal, Harley Pasternak, con quien ya llevaba años trabajando, según han contado ambos a la revista People: "Le ayudé a perder peso después de cada bebé. Esta vez ha sido un poco diferente, ya que dijo que había alcanzo los 108 kilos... Esta es la consecuencia de haberse quedado embarazada tres veces en los último seis años, por lo que el desafío fue mayor en esta ocasión", explica el entrenador.
SEIS MESES DE CAMBIOS
No creáis que lo primero que hizo Jessica nada más dar a luz fue volver al gimnasio. El cambio empezó en sus rutinas diarias, en analizar en qué invertía su tiempo libre y introducir nuevos hábitos. Empezó a caminar hasta 12.000 pasos diarios, redujo su consumo de tecnología, aumentó sus horas de sueño y prestó más atención a su dieta. "Estaba muy motivada y positiva", comenta Pasternak. "Ella decía que su cuerpo no le había pertenecido durante la última década. Pero no de una mala manera, sino de una forma positiva: su cuerpo ha tenido la labor de crear vida y ahora es exclusivamente suyo de nuevo", explica.
Después, Simpson comenzó a ir 45 minutos al gimnasio, tres días a la semana, y empezó una dieta específica hecha según sus necesidades, que consistía en tres comidas diarias y dos meriendas. Así, y con mucho esfuerzo, la cantante ha conseguido llegar a su objetivo en los últimos seis meses; un objetivo que en ningún momento ha sido autoimpuesto. Jessica no estableció una cantidad de peso que debía de perder ni un tiempo máximo, simplemente se dejó llevar por la situación hasta alcanzar una silueta con la que se veía conforme. Una silueta que parece haber alcanzado finalmente. Ahora, la cantante vuelve a verse cómoda y sentirse sexy, pero, lo más importante de todo es que ha adquirido hábitos de vida saludable que le acompañarán el resto de su vida.