MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS)
Para que luego digan que el trabajo de una Primera Dama es fácil. La mujer de Barack Obama, desde que entró en la Casa Blanca, no ha descuidado ni un solo detalle de su aspecto, y el secreto de su éxito es la rutina diaria.
Puede que la falta de sueño sea uno de las causas de cansancio de los políticos, pero Michelle Obama hace que ese sea el menor de sus problemas y, precisamente, este secreto lo ha explicado en una de sus colaboraciones en un nuevo portal dedicado a la mujer.
En iVillage, un proyecto de la NBCUniversal, ha dejado plasmado el secreto de su éxito y ha compartido cómo organiza su día para reservar un rato a su rutina de ejercicios.
Exceptuando en los meses de verano, Michelle Obama se levanta todos los días entre las 4:30 y 5 de la mañana, antes de que sus hijas se despierten, para ponerse en forma en el gimnasio.
"Barack y yo entrenamos todos los días", cuenta la Primera Dama, "yo suelo ir al gimnasio antes que él, pero suele aparecer allí cuando estoy en medio de mi entrenamiento o justo al final".
Sin embargo, no todos los días duerme en la Casa Blanca, pero ese no es ningún inconveniente: "Si no tengo espacio, hago un entrenamiento de 30 minutos, en el que hago saltos, flexiones y abdominales. Cuando termino las series descanso 30 segundos y vuelvo a hacerlo de nuevo", afirma Michelle en esta web.
Aún así, la esposa del presidente estadounidense reconoce ser una mujer muy activa, a la que no le cuesta hacer actividades físicas. Ella ha sido la única Primera Dama en quitarse los zapatos de tacón en público y practicar algún deporte en un acto oficial.
Y aunque tenga la fuerza de voluntad de hacer diariamente sus ejercicios, hay veces que no puede evitar la tentación. Todo humano tiene sus debilidades y una de las de Michelle Obama es la comida, la cual intenta moderar con sus dietas.
Su plato favorito son las patatas fritas, una delicia ante la que le cuesta mucho decir que no.