MADRID, 15 Ago. (CHANCE) -
Durante la época estival nuestra vista puede verse afectada por problemas como irritaciones, infecciones, o la temida conjuntivitis. Esto se debe al contacto con elementos, muy comunes en este periodo, como pueden ser el cloro de las piscinas o la arena, entre otros. Para evitar estas dolencias Clínica Baviera nos alerta sobre los 4 agentes más comunes que pueden poner en peligro nuestros ojos en verano:
1. El cloro de las piscinas: son las propiedades desinfectantes del cloro las que pueden provocar irritación en los ojos; normalmente si el agua está bien tratada no tiene porqué ocurrir, pero sí es recomendable, siempre que se practique el buceo, utilizar gafas que puedan protegernos; y, si además pueden tener filtros protectores del sol, mejor. Pero, ¿qué ocurre con el agua del mar? Excepto que esta sea agua contaminada, no es mala para los ojos, aunque los usuarios de lentes de contacto deben tener especial cuidado y evitar llevar las lentillas a la playa.
2. El sol: Sin lugar a dudas es la época en la que las radiaciones solares son más fuertes, y, en consecuencia, más peligrosas; por eso es imprescindible utilizar gafas de sol cuando se realicen actividades al aire libre; es recomendable usar gafas oscuras y envolventes, que sean adquiridas en locales especializados y cuenten con certificado CE de fabricación y con el tipo de filtro más adecuado para el uso que le vamos a dar.
3. El aire acondicionado: Muy utilizado durante esta época, el aire acondicionado puede aumentar la sequedad ocular; esto es debido a que reduce la capa de agua que existe en el ojo y éste no produce la cantidad de lágrimas suficiente para estar bien humedecido. Para evitarlo se recomienda la utilización de lágrimas artificiales cuando notemos los ojos irritados.
4. La arena: Uno de los grandes peligros de los granos de arena en los ojos es que, debido a que la superficie del ojo es húmeda, pueden quedarse pegados. A esto se une su dureza y su posibilidad de transportar microbios. Cuando notemos arena es fundamental evitar rascarnos, puesto que terminaremos por arañar y dañar la superficie del ojo, provocando una abrasión corneal; por esta razón es recomendable, cuando acudamos a la playa, llevar una botella de agua limpia que, además de mantenernos hidratados, podamos usar para poder limpiar el ojo lo antes posible en caso de un incidente y evitar daños mayores.
Este tipo de lesiones afectan sobre todo a dos grupos, a los más pequeños y a las personas que utilizan lentes de contacto. En el caso de los niños, se debe a que son los que interactúan de forma más directa los agentes mencionados y con menos precauciones; normalmente sufren lesiones leves, que pueden ocasionar alguna molestia, pero que se llegan a curar de forma natural en el transcurso de un par de días. En el caso de las personas que utilizan lentes de contacto, deben extremar las precauciones, evitando utilizarlas en el agua, ya que existe un alto riesgo de contraer distintos tipos de infecciones oculares, que pueden llegar a ser muy graves.