MADRID, 12 Abr. (CHANCE) -
Las prisas, el estrés y un ritmo de vida desenfrenado afecta a nuestro sistema inmunológico. El deporte y una correcta alimentación son básicos para tener una salud de hierro. Ahí van 10 consejos que poner en práctica y con los que reforzar nuestro sistema inmunitario.
1. Elige las grasas adecuadas: Se tiende a pensar que todas las grasas son malas para nuestro organismo, pero nada más lejos de la realidad. Las grasas aportan energía, sólo tenemos que primar las insaturadas y poliinsaturadas sobre las saturadas o grasas trans, que debemos evitar.
2. Ingiere proteínas y limita los carbohidratos: Una dieta equilibrada garantiza que los nutrientes adecuados lleguen a la médula ósea, lugar en el que se producen los glóbulos blancos y las proteínas, que ayudan a generar estos importantes defensores de nuestro sistema inmunológico. Por su parte, los carbohidratos también resultan esenciales, ya que aportan energía, pero en exceso pueden reducir los linfocitos y provocar respuestas inmunes más bajas.
3. Incorpora alimentos de estimulación inmunológica: El ajo, las almendras, la col, los arándanos y frambuesas, el yogur o el té verde pueden ayudar a este fin. Introducir otros alimentos antioxidantes también mejorará las defensas de nuestro organismo.
4. Observa tu nivel de vitaminas: Las vitaminas A, C, D y E son fundamentales para el sistema inmunológico. Asegúrate de mantenerlas en niveles óptimos y de consumir suficiente zinc y cobre, ya que su ausencia puede provocar una bajada importante de nuestras defensas.
5. Practica ejercicio con regularidad: Hacer ejercicio mejora la salud cardiovascular y reduce la probabilidad de contraer enfermedades crónicas. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo e incrementa la excreción del cuerpo de metabolitos dañinos, lo que ayuda a que el sistema inmunológico funcione correctamente. Los niños y adolescentes deben practicar al menos 60 minutos de ejercicio al día, los adultos entre 18 y 64, 150 minutos semanales y los mayores de 65, al menos 150 minutos de ejercicio moderado, también de forma semanal.
6. Mens sana in corpore sano: Aunque pocas veces prestamos atención a este aspecto, practicar ejercicio físico no solo mejora nuestro estado físico, sino también el anímico. Prácticas como el yoga o el pilates o cualquier otro deporte con el que disfrutemos, pueden ayudarnos a generar endorfinas, un potenciador natural de las defensas.
7. Deja de fumar o limita el consumo de tabaco: Fumar daña prácticamente todos los órganos del cuerpo, daña tu sistema inmunológico y aumenta la probabilidad de un accidente cerebrovascular, ataque al corazón y cáncer de pulmón. El deporte puede ayudarte a liberar la ansiedad que genera el abandonar este mal hábito.
8. Bebe agua: Aporta energía a los músculos, mejora la función intestinal y equilibra los niveles de líquido de tu cuerpo. Debes beber unos 8 vasos de agua al día.
9. Duerme entre 6 y 8 horas al día: Tan malo es el sedentarismo como no dormir lo suficiente. El descanso mejora el estado de ánimo y por tanto, los niveles de energía, además de evitar accidentes cerebrovasculares.
10. Controla el estrés: El estrés no es solo una emoción, tiene repercusiones físicas. De hecho, si es crónico puede afectar negativamente a tu sistema inmunológico y además tensar los recursos del organismo, lo que puede disminuir la función de tu sistema inmunológico.