MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) - Si algo puede considerarse enemigo de los cantantes es el tabaco. Este es el caso de Adele, quien sigue retrasando el lanzamiento de su último álbum debido a la adicción por los cigarrillos. Este hábito le ha provocado laringitis, todo un problema, sobre todo para los millones de fans que esperan ansiosos la vuelta de la cantante. Su adicción ya le pasó factura en 2011, cuando tuvo que cancelar varios conciertos y tomarse un descanso tras perder la voz. Las intentonas de dejar de fumar no parecen haber funcionado y, ahora, Adele ha decidido recurrir a la hipnosis para librarse finalmente de esta pesadilla. Un remedio nada económico, pues habría pagado unos 370 euros por cada sesión con la experta en estas terapias, Susan Hepburn. No cabe duda de que Adele se está tomando un tiempo para mejorar su vida, pues desde que decidiera pasar a un segundo plano por maternidad y comenzara a abandonar sus malos hábitos, como el tabaco, el alcohol y los cítricos, la cantante británica aún no ha reaparecido. Los rumores apuntan a que el próximo álbum será todo un éxito, con posibles duetos con Lady Gaga o Damon Albarn, cantante de Blur. Por ello, la impaciencia es cada vez mayor para sus miles de fans que esperan que esta vez el tabaco no vuelva a alejarla de los escenarios.