MADRID, 26 Jun. (CHANCE) -
Álex de la Iglesia estrena su segunda novela Recuérdame que te odie en un año que promete ser muy importante para el cineasta. Después de triunfar en la última edición de los Premios Goya con Las Brujas de Zugarramurdi, film galardonado hasta en ocho ocasiones, de la Iglesia saca su segunda novela y se casa con su musa Carolina Bang.
La actriz, veinte años más joven, se ha convertido en una habitual en todos los trabajos de su pareja. Se conocieron en 2008 poco después de que el guionista y director de cine se divorciara de Amaya Díez, madre de sus dos únicas hijas. Seis años después se darán el sí quiero el próximo verano.
-¿Porqué este título Recuérdame que te odie?
-Proviene de la película Casablanca. Hay un momento en el que Peter Lorre, que es pequeño, mezquino y cruel pero amigo de Bogart en la película, le dice "Rick ¿me odias verdad?", y él otro contesta "si pensase en ti posiblemente sí". Me encantó esa mezcla de desapego, desprecio y falta de interés en el odio. Es una contradicción en sí misma, porque si odias se supone que lo haces vehementemente, porque ya en sí el odio es algo terrible. Así que que alguien necesite ser recordado para que le odien es muy divertido. Es una especie de violencia elegante.
-¿Cuáles crees que son tus límites?
-Millones. El problema es que quizá pensamos mucho y actuamos poco. El personaje de la novela le da mil vueltas a las cosas, hasta convertirlo todo en algo enorme. Esa mezcla de trascendencia y de frivolidad le define y también me define a mi. Mis límites son una vida muy concreta y unas ansias por dominarla enormes y en esa lucha está la gracia de la historia y de esta novela.
-¿Madrid también te define?
-Madrid también me define. Todo lo que te rodea de alguna manera es bastante opaco y no te puedes fundir con ello, entonces ahí están tus límites. Madrid me define completamente, he vivido aquí prácticamente toda mi vida y es una mezcla de amor y odio curiosa. La amo porque vivo en ella y porque he conocido a la gente que quiero y por otro lado supone ese mundo real que te come todos los días, es una ciudad inhóspita muchas veces.
-¿Sin embargo tu último trabajo es un documental sobre Lionel Messi?
-No tendría ningún inconveniente en hacer una biografía sobre Cristiano Ronaldo. No tengo ningún apego con el Real Madrid ni con el Barcelona, no soy futbolero pero me pidieron que hiciera un documental sobre Messi y he intentado hacerlo de la forma más honesta posible, estoy muy contento con el resultado. Ya esta hecho así que lo veremos dentro de poco. Es una película muy amable que a través de una cena de periodistas, entrenadores, futbolistas, familiares y amigos hablan de la vida de Messi, de los problemas a los que se ha enfrentado y todo eso lo ilustramos con unas ficciones que hemos rodado en su ciudad natal, en Rosario. Hay mucha gente que desconoce las dificultades que ha tenido Messi para llegar a donde está. Soy cineasta ni siquiera soy escritor, pero me gusta aventurarme en terrenos donde no me llaman.
-Tienes dos proyectos por delante, Treinta Monedas y Qué no pare la música ¿qué nos puedes contar?
-Treinta Monedas es una serie de terror que quiero hacer para televisión pero aún no sé si la haré ni si encontraré una televisión para emitirla, en principio quiero hacerlo con Telecinco. Y luego Qué no pare la música es una película que voy a rodar para Enrique Cerezo, es una comedia de enredos que se desarrolla en un programa de televisión.
-¿Contarás con tus actores habituales?
-Sí, me gusta mucho la sensación de compañía de teatro, contar con un grupo de gente con la que trabajo a gusto. Me gustaría que Qué no pare la música tuviera los mismos actores que Las brujas de Zugarramurdi.
-¿Estará también Carolina?
-Me imagino que sí, si quiere ella claro. Ahora está haciendo una serie y tiene mucho trabajo.
-¿Qué es lo que más admiras de ella?
- Lo que más admiro de Carolina es su paciencia, porque hay que tenerla para estar conmigo.
-¿Es cierto que os casáis este verano?
-Por ahora no es un hecho comprobable, pero si dicen que nos casamos será verdad.
-¿Estás más nervioso que antes de un estreno?
-Intento sobre todo que mi vida personal siga siéndolo pero en ese sentido sí estoy muy nervioso pero me gustaría que se respetara nuestra intimidad. Lo que está claro es que vivir la vida es mucho más difícil que imaginarla.
-Has escrito varios libros, tienes dos hijas ¿has plantado un árbol también?
-Sí , ya he hecho todo. Ahora queda disfrutar y sobre todo hacerlo bien, estoy todavía en el nivel "Basic" me gustaría pasar al "Expert".
-¿Qué ha sido lo más difícil?
-Lo más difícil es ser padre.
-¿Volverías a repetir?
-Sin duda. No tengo intención de tener un vivero así que con un árbol me basta. Me gustaría muchísimo escribir más libros.
-¿En casa tienes más libros que películas?
-Por una circunstancia especial que ocurre sobre todo a los que estamos en los cuarenta y pico, me he divorciado, entonces en eso proceso pierdes cosas. En mi caso concreto he perdido sobre todo vídeos y libros, así que los que tengo en casa son los que he comprado últimamente. También soy un gran acumulador. Películas tengo pocas, es lo que más he perdido. Esto genera algo curioso, aprendes de ti mismo y descubres manías y obsesiones que no sabías que tenías porque nunca has vivido ese episodio en tu vida. Los que estamos divorciados somos neuróticos compradores de lo mismo, igual tengo tres libros repetidos.
-¿Te consideras un intruso de la literatura?
-Llevo toda mi vida escribiendo como guionista, entonces escribir es algo que no me es ajeno pero en realidad yo soy un cineasta, igual por incontinencia verbal, por locura me gusta probar cosas nuevas. Escribí una novela hace bastante tiempo y voy a escribir muchas más.
-Esta novela es cien por cien Álex de la Iglesia ¿cómo es la marca Álex de la Iglesia?
-En ningún momento hablaría de marca, ni quiero, ni pretendo vivir de la marca Álex de la Iglesia e intento huir porque eso significa limitarte. Hay una necesidad cultural por definir las cosas, por delimitarlas y encasillarlas, es la manera de comprender el mundo. El único método que tenemos para controlar es ponerle nombre a todo.
-¿Hasta que punto has materializado la primera idea que tenías de esta novela?
-En esta novela la idea de la persecución de un hombre la tenía desde el inicio, pero a partir del segundo capítulo cambié totalmente la historia. Entendí la novela en conjunto y volví a empezar.
-¿Eso te pasa también con las películas?
-No porque no puedo, no tengo tanta libertad.