MADRID, 9 Abr. (CHANCE) -
Cualquiera diría viendo a esta pelirroja de pelo rizado, blanca como la porcelana y delgada como una modelo de Gucci que estamos ante una de las voces más significativas del mercado discográfico británico.
La irrupción de Jess Glynne se remonta a poco más de dos años, cuando el grupo Clean Bandit contó con ella para su tema Rather Be, premiado con el Grammy a Mejor Grabación Dance en el año 2014.
Este sábado 9 de abril, la londinense de 26 años cantará por primera vez en nuestro país gracias a la duodécima edición La noche de CADENA 100, el evento musical solidario con el que la cadena radiofónica pretende recaudar fondos para construir un edificio en Cotonú, una de las ciudades más pobres de la casi desconocida República de Benín, en África.
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Glynne es la segunda artista femenina británica que logró colocar cinco sencillos en el número uno de la lista de éxitos de Reino Unido tras Cheryl Cole, y sus cifras de ventas son millonarias, calculándose que habría vendido la friolera de tres millones de copias de sus álbumes y de sus sencillos. Hoy por hoy, y descartando a la consagrada Adele, Jess es una de las artistas con mayor proyección internacional gracias a su prodigiosa voz de contralto, que ha llegado a ser comparada con la de la neoyorquina Taylor Dayne.
Criada en el norte de Londres, al igual que la fallecida Amy Winehouse, la vena musical de Jess está marcada por el trabajo de su madre, Alexandra, supervisora de desarrollo artístico del sello discográfico Atlantic. Era normal que en su casa no pararan de sonar discos de R&B y soul, pero jamás supieron apreciar su enorme talento en las múltiples escuelas musicales a las que acudió siendo una adolescente. Estuvo a punto de participar en The X Factor por culpa de su tía, que la inscribió sin su permiso, pero terminó desistiendo del programa para viajar por América del Sur, Asia y Australia en busca de nuevas experiencias.
Antes de estrellato, Glynne, que confesaba haber atravesado en aquella época el túnel oscuro de las drogas y el alcohol, trabajó como dependienta de ropa, peluquera y comerciante de bebidas alcohólicas, trabajo este último que abandonó cuando llamó la atención de Black Butter Records, primera editora musical que se percató del enorme potencial de la pelirroja.
Poco tiempo después, y coincidiendo con una ruptura sentimental que dejó en la artista una profunda huella, la joven firmó un contrato con Warner Music, donde se gestó I Cry When I Laugh, su primer álbum de estudio, con el que revolucionó las listas de ventas el año pasado. Las grandes vocalistas, como Whitney Houston, Mariah Carey, Aretha Franklin, Lauren Hill y Amy, son algunas de sus mayores influencias musicales, además de Prince y Frank Ocean.
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