MADRID, 11 May. (CHANCE) -
Johnny Depp y Orlando Bloom volvieron a compartir alfombra roja con motivo de la presentación de la última cinta Piratas del Caribe, celebrada hace unas horas en el Shanghay Disney Resort de China. Hacía diez años que el exnovio de Katy Perry no aparecía en una premiere de la saga corsaria, cuando su personaje apareció por última vez en la tercera entrega, En el fin del mundo.
Ambos actores atendieron a los fans que se agolparon para este preestreno mundial, sin embargo, parecieron mantener las distancias, separados por Javier Bardem, el tercero en liza en La Venganza de Salazar.
¿Se deberá esta falta de sintonía a los problemas que el exmarido de Amber Heard mostró durante el rodaje en Australia? Según relataba Sean Bailey a The Hollywood Reporter, el actor de 53 años convirtió la grabación en una pesadilla.
Sus excesos con el alcohol y sus problemas maritales hicieron que llegara constantemente tarde a los rodajes, afectando a la planificación de la productora. Según algunas fuentes, los estudios colocaron a un asistente de producción en el exterior de su casa, que daba aviso del momento en el que la estrella despertaba.
A estos chismes se sumarían las informaciones sobre su complicada situación financiera. El actor presentó una demanda por 25 millones de dólares contra sus exgerentes, Joel y Rob Mandel, el pasado mes de enero alegando ser víctima de una estafa fraudulenta por incumplimiento de contrato y negligencia profesional.
La empresa The Management Group, para la que trabajan los hermanos, se defendió tachando al intérprete de "derrochador" por desperdiciar millones de dólares en extravagancias como vino y arte.
Según sus informes, Depp no puede cubrir los dos millones de gastos mensuales a pesar de sus cuantiosos ingresos, y fue avisado por sus gestores de su complicada situación hace cinco años, advertencias a las que hizo caso omiso.