MADRID, 9 Ene. (CHANCE) - Fue la noche de La La Land, preludio de lo que puede suceder en la próxima ceremonia de los Oscar. La cinta de Damien Chazelle se llevó siete Globos de Oro, incluyendo Mejor Comedia, superando cualquiera de las grandes ganadoras a lo largo de las 73 ediciones anteriores de los premios que entrega la Prensa Extranjera de Hollywood. Parecía que el maestro de ceremonias supiera del tsunami que iba a liar la historia de Mia y Sebastian, ya que descartó los clásicos popurrís musicales haciendo un guiño a cada una de las películas nominadas y recurrió a tres réplicas de momentos claves de la gran ganadora de la noche. Además de la Mejor Canción, City of Stars, y Mejor Banda Sonora, para Justin Hurwitz, la comedia musical reportó a su pareja protagonista sendos galardones, colocando a Emma Stone y a Ryan Gosling en la carrera directa hacia los Oscar, pero cuidado, que los miembros de la Academia suelen decantarse más por el drama, aunque siempre hubo excepciones, como Chicago en 2002, que confirman la regla, así que todo puede pasar el próximo 26 de febrero. Casey Affleck, hermano pequeño del guionista, director y actor Ben Affleck, se alzó con el premio a Mejor Actor en la categoría de Drama por su trabajo en Manchester frente al mar, confirmando sus enormes posibilidades de alzarse con una estatuilla, con permiso del marido de Eva Mendes. Isabelle Huppert le arrebató el galardón en la misma categoría a Amy Adams y Natalie Portman, las grandes favoritas, por Elle, también vencedora como Mejor Película Extranjera. En el apartado televisivo, Juego de Tronos tendrá que esperar un año más para llevarse el Globo de Oro al Mejor Drama, arrebatado por The Crown, la serie de Netflix que retrata a la familia real británica. No hubo sorpresas en el apartado de comedia, la gran favorita, Atlanta, cumplió las expectativas, así como The People vs. O. J. Simpson, la miniserie de Bryan Murphy que se llevó dos reconocimientos. Cabe destacar también el reconocimiento a la británica El infiltrado, en la que participaron Antonio de la Torre y Marta Torné, con los premios a Mejor Actor, para Tom Hiddleston, Mejor Secundario, Hugh Laurie, que suma su tercer Globo de Oro televisivo tras los ganados en 2006 y 2007 por su políticamente incorrecto doctor House, y Mejor Secundaria, para Olivia Colman. Tracee Ellis Ross les dejó con ganas a sus compañeras en la categoría en Mejor Actriz de Comedia por Black-ish, mientras que Donald Glover hacía lo mismo en el apartado masculino por su trabajo en Atlanta. En cuanto a los mejores intérpretes dramáticos, las estatuillas se repartieron entre Claire Foy (The Crown) y el veterano Billy Bob Thornton, ganador por Goliath. Como en toda gala hollywoodiense que se precie hubo momentazos. El teleprompter le jugó alguna mala pasada al presentador de la ceremonia, un Jimmy Fallon que no defraudó y que trató de no caer en los mismos clichés que sus antecesores, por lo menos para que no le acusaran de repetitivo. Un error que utilizó como excusa en otros momentos de la gala y que le sirvió para hacer una referencia al bochornoso concierto que Mariah Carey protagonizó en Nochevieja. Sofia Vergara, enfundada en un Zuhair Murad, en dorado y transparencias que dejaba poco a la imaginación como suele ser habitual en la protagonista de Modern Family, protagonizó otro de los momentazos de la gala cuando en vez de "tradición anual" se le escapó un "tradición anal", ¿chiste o fallo? El caso es que la venezolana se metió en un buen lío al tratar de arreglarlo con su peculiar acento latino. Muchos son los que pidieron por las redes que Kristen Wiig y Steve Carrell sean los encargados de presentar la gala del año que viene, después de su divertida presentación del premio a Mejor Película de Animación tras recordar las cintas de dibujos animados que les impactaron más cuando eran niños. Un divertido momento que los presentes y los espectadores agradecieron porque la noche no estaba siendo especialmente divertida. Como tronchantes y casi inadvertido pasó el morreo que se dedicaron Ryan Reynolds (Deadpool) y Andrew Garfield (Hacksaw Ridge) mientras Ryan Gosling subía al escenario a recoger el Globo de Oro al que optaban también los dos actores. Una broma que no pasó inadvertido ni a las cámaras del fondo del escenario ni a los internautas, que retuitearon el besazo convirtiéndolo en uno de los momentazos de la gala. Ryan Reynolds y Andrew Garfield se besaron cuando Ryan Gosling ganó su premio y Reynolds perdió #GoldenGlobes pic.twitter.com/AcHmJrGKhO Hubo también la oportunidad de homenajear a los artistas que nos dijeron adiós en este último años, sobre todo a dos figuras que se marcharon hace unos días, Carrie Fisher y Debbie Reynolds; y también se rindió tributo a Rocky con la presencia de Silvester Stallone y Carl Weathers en el escenario para entregar el Globo de Oro a la Mejor Película, que se llevó Moonlight. Pero sin lugar a dudas, esta 74ª edición será recordada por el combativo discurso realizado por Meryl Streep tras recibir el premio de honor Cecille B. Demille. La actriz de 67 años, que cuenta en su abultado currículum de reconocimientos con nada más y nada menos que ocho Globos de Oro, no nombró al centro de sus críticas, el presidente electo Donald Trump, aunque sus pullas iban dirigidas a él. "Hollywood está repleto de forasteros y extranjeros, si nos echan a todos, no tendrán nada que ver excepto fútbol y artes marciales, que no son para nada arte", dijo la intérprete en referencia directa a las intenciones de Trump de echar a todos los extranjeros del país. "La falta de respeto invita a la falta de respeto, la violencia incita a la violencia", recordó la estrella. "Cuando los poderosos utilizan su posición para intimidad a los demás, todos perdemos", añadió, y recordó el papel que tendrá la prensa en los próximos años para "salvaguardar la verdad".