MADRID, 2 Jul. (CHANCE) -
Siempre fue uno de los más rebeldes de todo Hollywood, pero tan sólo le bastó con una película para que todos los directores de la época quisieran trabajar con él. Y es que Marlon Brando siempre ha sido y será todo un icono de Hollywood.
Con la película Un Tranvía Llamado Deseo, el actor alcanzaba el estrellato. Y es que su papel en esta película hizo que se convirtiera en un referente para otros actores como James Dean, Paul Newman o Jack Nicholson. Renegaba de la manera de trabajar de la industria cinematográfica, por eso comenzó a actuar según si criterio por lo que le tacharon de rebelde. Aunque su rebeldía ya venía de lejos, fue expulsado de dos de los colegios donde estudió e incluso de una academia militar, a pesar de ello la academia de cine le premiaba en 1954 con un Óscar gracia a su papel en La ley del Silencio.
Su increíble atractivo también le ayudó a que su carrera fuese en ascenso, gracias a que conseguía los papeles protagonistas de las películas más taquilleras de la época. También hizo que el actor se llevase de calle a las más guapas del cine. En tres ocasiones estuvo casado, pero todos sus matrimonios acabaron por culpa de su difícil carácter.
Pero la época dorada de Marlon no iba a durar para siempre. Ya no se sentía a gusto con su modo de actuar, y el claro declive en su vida personal y profesional le llevaron a un segundo plano en Hollywood. Sin embargo supo remontar y en 1972 le veíamos de nuevo en la gran pantalla en El Padrino bajo el nombre de Vito Corleone, el jefe de la familia mafiosa más famosa del cine, que le llevo a conseguir su segundo Óscar.
A pesar del éxito conseguido a lo largo de su vida, los últimos años de su vida fueron los más tormentosos para el actor. Brando moría arruinado debido a que el actor se dejó todos sus ahorros en pagar a los abogados de su hijo Christian, acusado de ser el autor material del asesinato del novio de su hija Cheyenne, la cual se suicidaba en 1995.
El actor fallecía el 1 de julio de 2004 en su residencia de Los Ángeles a consecuencia de una fibrosis pulmonar, enfermedad que se llevaba a uno de los míticos actores de Hollywood.