MADRID, 29 Feb. (CHANCE) -
Una gala algo light: light de vestidos, porque ninguno ha sido de "guao", premios esperados y discursos algo flojitos, excepto algunas excepciones, y todo muy repartido.
La gala varió el orden de sus premios y arrancó con el Mejor Guión, presentado por Emily Blunt y Charlize Theron, que se llevó Spotlight, para dar paso al Mejor Guión Adaptado, conducido por Ryan Gosling con pajarita blanca y Russell Crowe, que recayó en La gran apuesta. Sam Smith abrió las actuaciones musicales tras una presentación de Sarah Silverman no exenta de polémica tras bromear sobre las 55 mujeres con las que el espía mantiene relaciones a lo largo de la saga y "todas intentan matarle".
El primer reconocimiento interpretativo llegó con la Mejor Actriz de Reparto, que merecidamente se llevó Alicia Vikander por La chica danesa, a la que los 45 segundos de discurso se le quedó demasiado corto. Y fue solo la primera de una larga lista de ganadores que no supieron suministrar el escaso tiempo y se les echó encima la Valquiria de Wagner, y eso que este año aparecían en los monitores los nombres de aquellos a los que dedican el premio. Así le sucedió a Jenny Beavan, ganadora del Mejor Vestuario por Mad Max, la primera de las 3 estatuillas seguidas que se llevó la cinta protagonizada por Charlize Theron, además de Mejor Diseño de Producción y Mejor Maquillaje.
El séptimo Oscar de la noche, Mejor Fotografía, hizo historia. Emmanuel Lubezki, tras ganarlo con Gravity y Birdman, se proclamó vencedor por tercera vez consecutiva por su trabajo en El Renacido. El mexicano, que dio todo su discurso en inglés, le dio las gracias a su compatriota Alejandro Iñárritu, con el que el tándem no podría haber sido más acertado, a los dos protagonistas, Leonardo DiCaprio y Tom Hardy, al resto del equipo y a sus contrincantes de esta edición.
Mad Max acumuló dos premios más, en la categoría de Mejor Montaje y Mejor Sonido, y poco más de una hora después del arranque, la cinta George Miller ya podía colocarse el cartel de gran vencedora de la noche con seis estatuillas.
No hubo momento Sylvester Stallone como se esperaba, tras el baño de multitudes que se dio en los Globos de Oro. Mark Rylance, ganador del BAFTA, se llevó la categoría de Mejor Actor de Reparto por El puente de los espías, premio que le dedicó a Steven Spielberg. El británico, que se come en la cinta al protagonista, Tom Hanks, fue de los mejor vestidos entre los hombres con un smoking atrevido en verde con solapa en negro.
Cheryl Boone Isaacs, presidenta de la Academia entonó el esperado mea culpa, pero rápido hizo el quite para utilizarlo como una oportunidad de futuro. "Todo el mundo tiene un papel en crear esos cambios que reflejen la realidad de la actualidad. La inclusión solo sirve para hacernos más fuertes. Cada uno de nosotros es un embajador que puede ayudar en la industria a cambiar al mundo", dijo la productora que recordó la frase de Martin Luther King: 'Un hombre no se mide en los momentos de confort, sino en los de cambios y controversia'.
MOMENTO MUSICAL DE LA NOCHE. SAM SMITH DESBANCA A LADY GAGA
La sala se puso en pie por primera vez con la presencia de Jo Biden, vicepresidente de Estados Unidos, en el escenario para dar paso a la actuación de Lady Gaga sin pasar la oportunidad de pedir a toda la audiencia un juramento para intervenir cuando no hay consentimiento. "Para que ningún hombre o mujer no tiene que preguntarse que hizo mal, no hicisteis nada mal", recordó el político. Preludio de la magistral interpretación llevada a cabo por la 'mother monster' al piano de Til Happens To You, que puso a todo el patio de butacas en pie.
El productor musical Quincy Jones y el cantante Pharrell Williams entregaron el premio a Mejor Banda Sonora a Ennio Morricone, uno de los momentos más emotivos de la gala con todos los presentes aplaudiendo entregadamente al músico italiano, que dio su breve discurso en italiano. El compositor de 87 años le dedicó el reconocimiento a John Williams, compañero y contrincante la misma noche, a Quentin Tarantino y a su mujer, María. "No hay gran banda sonora, sino una gran película que inspira", buena muestra de la humildad de uno de los mayores genios de la música.
La gran sorpresa llegó con el Oscar Mejor Canción, categoría que se llevó un lacrimógeno Sam Smith por Writing's On The Wall, el tema central de la última de James Bond. El británico, que hizo gala de su delgadez y con una recién estrenada barba corta, dedicó el Oscar a la comunidad LGTB después de bromear con que era el primer cantante salido del armario que ganaba la estatuilla.
LOS 'GORDOS' REPARTIDOS: ENTRE EL RENACIDO, LA HABITACIÓN Y SPOTLIGHT
J. J. Abrams, director de Star Wars: El despertar de la fuerza, dio paso a la Mejor Dirección, que se llevó por segunda vez el Oscar Alejandro G. Iñárritu, logrando un nuevo hito en la historia de los premios porque nunca antes un realizador lo había ganado dos veces continuadas. El director de El Renacido hizo suyo la controversia de la gala y recordó, a pesar de la molesta música, palabras de su padre en la que le decía que el color de la piel debe ser tan relevante como el largo de su pelo.
El guión volvió a reconducirse con la Mejor Actriz, que se llevó Brie Larson según anunciaban las quinielas. Con un vestido en gasa de color azul oscuro, esta actriz de 26 años, nacida en la factoría Disney, estuvo muy medida en su discurso, en el que le dedicó el galardón a todo el equipo de Room, a su familia, a su pareja y "todos los que van al cine".
Julianne Moore fue la encargada de entregar el Oscar a Mejor Actor a la estrella de la noche, Leonardo DiCaprio, que se hacía con la ansiada estatuilla tras cuatro intentos anteriores con El lobo de Wall Street, Diamante de sangre, El Aviador y ¿A quién ama Gilbert Grape? Con toda la platea en pie, el intérprete de 40 años tuvo que esperar a que se calmaran los aplausos para dar su discurso.
Además de alabar el trabajo del equipo, de Iñárritu, de su "hermano" Tom Hardy, de los que han formado parte de su carrera desde la primera película y de dedicárselo a sus padres, la estrella cinematográfica aprovechó para reivindicar la lucha contra el cambio climático. Por cierto, al soltero de oro no se le echó encima la música, ¿trato de favor?
A las seis en punto de la mañana hora española, Morgan Freeman daba la gran sorpresa al anunciar la Mejor Película para Spotlight, la ganadora además en la categoría Mejor Guión. Al recogelo, el equipo dijo: "Que esta película resuene y tenga el eco hasta en el Vaticano", incluso no dudaron en referirse directamente al Papa: "Papa Francisco, es hora de que se empiecen a cuidar a los niños".
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