MADRID, 26 Jul. (CHANCE) -
Ricky Martin deslubró ayer en Marbella, no sólo por su voz si no por su imagen muy cuidada. Además de su talento en el escenario, el cantante puertoriqueño encandiló a todo el público con su vesturario blanco y su sonrisa perfecta que hacía juego con su traje.
A sus 42 años, Ricky Martin arrasa por donde va a actuar, y esta vez lo ha hecho en Marbella en el Festival Starlite, un recital más intimo y más cercano al público. Ricky iba con un traje de chaqueta blanco y con unos guantes negros, vestuario que no se quitó en toda la noche excepto para una canción. La canción en la que se cambió el traje fue para la canción que le hace tan característico al artista: "livin la vida loca" en la que cambió su traje blanco por tonos grises y negros.
Al evento asistieron numerosas caras conocidas entre las que se enccuentran Amelia Bono y Virginia Troconis. La hija del exministro, Amelia Bono, compartía con todos sus seguidores una foto de ella misma antes de que empezara el concierto.
Sin duda, fue una noche que ninguno de los que asistió a ver a Ricky Martin olvidará, ya que este cantante hace siempre que sus conciertos sean díficiles de superar y de olvidar.
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