MADRID 5 Dic. (CHANCE) -
El director Ridley Scott, que ha rodado parte de su última película 'Exodus' en España, ha asegurado este jueves que en territorio español hay "unos incentivos fiscales maravillosos" para las producciones cinematográficas y que se trata de "un país fenomenal para rodar".
Scott ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa en el Hotel Villa Magna de Madrid durante la presentación de su nuevo film, acompañado por los actores Christian Bale y María Valverde y el compositor Alberto Iglesias.
Tras ser preguntado sobre las deducciones fiscales en España para este tipo de rodajes, en comparación con otros países europeos, el cineasta norteamericano ha defendido las condiciones para trabajar en suelo español. "Sin esa artesanía, ese saber hacer español, no habría podido terminar la película", ha apuntado.
En este sentido, ha reconocido que "hasta el 80%" del rodaje se ha realizado en España (Almería y Fuerteventura), mientras que el resto ha tenido lugar en Londres, ciudad que, por ejemplo, sí ha tenido más protagonismo para desarrollar los efectos visuales.
"Inglaterra es el país en el que se hacen más películas por las deducciones fiscales desde hace casi diez años, pero a veces resulta casi imposible trabajar allí porque está cargado", ha apuntado entre los motivos para justificar su predilección por España.
De hecho, ésta no es la primera vez que Scott está en España (donde ha rodado otras tres películas más) y, de todas sus estancias, el cineasta ha destacado Alicante, donde rodó 'El consejero'. "En Alicante ví el mejor estudio del mundo y estaba vacío, algo demencial. Si tienen problemas financieros, alquilen ese estudio de trabajo", ha aseverado.
En cuanto a los temas centrales de su película, Scott ha indicado que se ha tomado este trabajo como cualquier otro anterior, dejando espacio para la improvisación. "Cada película es un desafío personal y profesional y yo trabajo de forma irracional, como haciendo un crucigrama: tienes que unir piezas y ser preciso y rápido", ha afirmado.
En este sentido, ha reconocido que en cuanto recibió el guión de uno de los productores, Tere Cherning, lo leyó enseguida y se dio cuenta de su "desconocimiento" sobre la vida de Moisés. "Tenía ideas tópicas de su figura pero no sabía de su vida, lo que hizo y su legado. En cuanto lo leí, me puso con ello y dejé lo que tenía entre manos", ha destacado.
Con este trabajo, unido a su anterior excursión por el mundo religioso en 'El reino de los cielos', el cineasta ha reconocido que se vio "sorprendido" respecto a sus creencias. "Con lo que te quedas de tu infancia es que te obligaban a ir a la Iglesia y cantar, no lo disfruté y dejé de ir, pero tengo recuerdos que nunca me han dejado", ha explicado.
Por ello, tras estos rodajes, asegura que se ha convertido en "un ateo que no está muy seguro de ello". "Tengo mis dudas, creo que la mejor palabra que lo define es agnóstico, porque sigo ahí y hay una gran posibilidad", ha matizado, tras recordar que en el rodaje también había un guionista al que le surgieron las mismas dudas.
"Le animé a continuar. Él es muy inteligente y lógico, pero al ser ateo, podría contar la historia desde otra perspectiva y luchando consigo mismo, como se escriben los mejores guiones de Hollywood", ha indicado.
Sobre su elección de un niño para poner la voz de Dios, Scott ha explicado que representaba "un desafío" esta elección y, finalmente, optó por ésta debido a que "no quería lo tópico de truenos y relámpagos que estaban acompañados por una voz grave".