Robert Pattinson da plantón a los Oscar

LOS ANGELES 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

Que el glamour hollywoodiense y las galas de postín no van con su estilo desaliñado era algo evidente pero en esta ocasión Robert Pattinson se ha superado al decir no a la ceremonia más importante del año, la gala de entrega de los Oscar.

Según confirmó Adam Shankman, uno de los productores de la que será la edición 82 de los premios que concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, lo más probable es que el protagonista de la saga Crepúsculo no desfile por la alfombra roja de Kodak Theatre de Los Angeles como hizo el pasado año.

La explicación oficial que pondrá la joven estrella es que su apretada agenda no le deja tiempo para ir a la gala de las galas. Algo que no deja de ser una excusa ya que tiempo es precisamente de lo que menos sobra a las celebrities de la Meca del cine. Y más teniendo en cuenta que Pattinson ya ha finalizado el rodaje de Eclipse, la tercera entrega de los vampiros de Meyer, y Remember Me, su próximo trabajo, y que sus dos próximas películas Unbound Captives, un western junto a Rachel Weisz y Hugh Jackman, y Bel Ami, donde compartirá protagonismo con Uma Thurman y Christina Ricci, están todavía en fase de pre-producción.

Además, la negativa de Pattinson podría venir acompañada de la ausencia de Kristen Stewart, su pareja en la vida real y en la ficción que tampoco es muy amiga de los vestidos de gala y las alfombras rojas.

¿ALERGIA A LAS GALAS?

Pattinson y Stewart tampoco se dejaron ver en la última edición de los People Choice Awards, donde Luna Nueva recibió tres premios, entre ellos el de mejor reparto que tuvo que recoger en solitario Taylor Lautner, ni tampoco en la reciente gala de los Globos de Oro, donde Lautner fue el único que estuvo en la ceremonia y presentó uno de los galardones.

El temor de los productores y de la ABC, la cadena que el próximo 7 de marzo emitirá la gala, es grande, ya que la ausencia de la pareja de moda entre los jóvenes podría restarle interés y, sobre todo, audiencia a una ceremonia que en los últimos años no pasa por su mejor momento.