MADRID, 12 Jul. (CHANCE) -
¿Quién dice que el verano no es época de grandes estrenos? Aunque muchas de nuestras celebrities han abandonado Madrid y están disfrutando de unas merecidas vacaciones en los destinos playeros más exclusivos -por el momento Ibiza y Formentera concentran al mayor número de famosos por metro cuadrado como suele ser habitual-, dos de las estrellas más rutilantes de Hollywood han aterrizado en España para presentar su última película.
Se trata de Scarlett Johansson y Channing Tatum, que este jueves han visitado la capital para asistir a la première en nuestro país de su nuevo proyecto, 'Fly me to the moon'. El film, dirigido por Greg Berlanti, se trata de una comedia romántica que narra los esfuerzos de marketing alrededor del alunizaje del Apolo 11, incluyendo un plan alternativo para emitir unas imágenes falsas.
Un estreno que promete convertirse en uno de los grandes éxitos de la temporada y al que acudieron en la Cineteca del Matadero numerosos rostros conocidos, como nuestro primer astronauta, Pedro Duque, o Alejandra Prat, Ángeles Blanco, Susi Caramelo, Jedet, Samantha Hudson y Natalia Rodríguez, emocionadas ante la posibilidad de ver de cerca a dos de los actores más famosos del planeta.
Pero si alguien ha acaparado todos los focos, y ha dejado a más de uno sin respiración por su belleza al natural esa ha sido sin duda Scarlett Johansson. Arrebatadora y dando una lección de estilo siguiendo el lema de 'menos es más', la actriz, de 39 años, deslumbró con un sencillo 'little black dress' de manga corta, con escote cuadrado y silueta en A. Un look que completó con sandalias plateadas con pulsera en el tobillo, pendientes largos de plata, el pelo recogido en un sencillo moño con la raya al medio, y maquillaje con los ojos marcados. Sencillamente espectacular.
A su lado, uno de los actores más atractivos del momento, Channing Tatum, que escogió un traje gris de corte oversize y botonadura cruzada con el que desató suspiros a su paso. Pero sin duda algo ha enamorado de la pareja de ficción ha sido su simpatía, derrochando sonrisas y cercanía con todos los asistentes en su visita fugaz a Madrid.