MADRID, 30 Ago. (CHANCE) -
El Festival de Venecia ha empezado por todo lo alto, con dos de los actores más importantes de Hollywood desfilando por la alfombra roja del Palazzo del Cinema de Venecia para presentar sus películas. Hablamos nada más y nada menos que de Scarlett Johansson, con Marriage Story del director Noah Baumbach, y Brad Pitt, con Ad Astra de James Gray. Si bien es cierto que era 'Ad Astra' la película más esperada del segundo día del Festival, al final resultó siendo Marriage Story la favorita de la competición hasta la fecha.
Scarlett Johansson conquistó en primer lugar a las cámaras con un impresionante vestido rojo de lentejuelas y, en segundo lugar, tras haber sido visionada la película, los espectadores se deshicieron en aplausos con ella y los críticos en grandes halagos sobre su interpretación en el filme.
Y es que, ya se preveía que esta fuese una de las grandes actuaciones de Johansson. La actriz se mete en la piel de Nicole, madre y esposa que, tras vivir una bonita historia de amor con Charlie (Adam Drive), se ve envuelta en un dramático divorcio. Como la propia Scarlett contó en la rueda de prensa horas antes del visionado, la oportunidad de protagonizar el filme llegó justo en el momento en que ella estaba pasando por su propio divorcio.
"Hay tanto de todos nosotros en esta película que exponemos para que todo el mundo la vea... De alguna manera llegó en el momento justo. Sentí que fue como un gesto del destino", comienza diciendo en la rueda de prensa. La actriz se refiere a como Noah Baumbach llamó a su puerta en busca de convertirla en la protagonista de su obra sin que él supiese el complicado momento por el que Johansson estaba pasando y sin que ella conociese la trama argumental de la película.
Ambos se sentaron a hablar y compartieron sus vivencias matrimoniales, ya que el director también había pasado por un divorcio unos años atrás. Johansson comprendió que este papel estaba hecho para ella y decidió llevarlo a su terreno, plasmando en su personaje la dura batalla que tuvo con Romain Dauriac por la custodia de Rose, la hija del matrimonio.
Johansson se trasladó a vivir a Francia cuando comenzó su relación con el publicista y estuvo en el país durante tres años, hasta que finalmente ambos decidieron dar por terminada su relación. Esto ocasionó que Scarlett quisiese volver a su país natal, Estados Unidos, con Rose, convirtiéndose este en el punto candente de la separación de la pareja. Una situación que ha servido a Scarlett para hacerla brillar en el papel de Nicole. Los críticos ya apuestan a grandes nominaciones para la actriz en la época de premios.