Sombras y luces de Adele en la gala de los Grammy

Adele se vuelve a cornoar en los Grammy./ Getty Images
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Actualizado: lunes, 13 febrero 2017 12:01

   MADRID, 13 Feb. (CHANCE) -

   Anécdotas, muchas; fallos técnicos, demasiadas para una gala que se celebra desde hace 59 años; emoción a raudales, sobre todo los que vivieron las dos mujeres de la noche, la ganadora, Adele, y la 'perdedora', Beyoncé, de la que la primera se confesaba ferviente admiradora y fan desde hace 17 años. La ceremonia de los Grammy, la más importante dentro del mundo de la música, catapultó a la intérprete británica con su tercer disco en el mercado, 25, que se llevó los gramófonos a Mejor Disco, Mejor Single y Mejor Canción por Hello. Un trabajo que, entre lágrimas, aseguró en el escenario haberle costado mucho sacar adelante debido a lo volcada que estuvo en su primera maternidad, un periodo que calificó como "complicado".

ADELE ERRÓ EN SU HOMENAJE A GEORGE MICHAEL Y EMPEZÓ DE NUEVO

   La británica, para lo bueno y para lo malo, fue la estrella de la velada con permiso de una Beyoncé que estuvo una vez más impresionante cantando Love Drought y Sandcastles con una corona como si de la mismísima Virgen Macarena se tratara. La de Tottenham fue la encargada de arrancar la gala, sola, en el centro del escenario de un Staples Center conmovido, entonando el tema con el que regresó a la industria tras tres años de silencio. Nada podía hacer presagiar un par de horas después que los fantasmas del pasado regresarían. Sí, Adele volvió a vivir un momento 'tierra trágame' en su homenaje a George Michael ya que resulta que se le olvidó la letra. "Lo siento, la he cagado. Tenemos que parar. Perdón por decir un taco, pero no podemos seguir así", dijo la cantante a los pocos segundos de arrancar su versión clásico de Fast Love. Retomada la actuación ante una Jennifer Lopez en primera fila boquiabierta, la de Tottenham terminó de espaldas al público, pidiendo disculpas a la banda instrumental que la acompañaba y cuando volvió a dirigirse a los presentes su cara lo decía todo: tristeza y bochorno.

DOS CONTRINCANTES EN LA MÚSICA QUE SE RESPETAN Y ADMIRAN

   Pero llegó el momento bueno, el de los reconocimientos. De manos de otra diva, Celine Dion, recibió el premio a Mejor Canción del Año, que aprovechó para reiterar las disculpas por el desaguisado. Hubo que esperar pasadas las 5.30 (hora española) para verla recibir el Mejor Single, cuyo discurso de agradecimiento fue una loa a su contrincante. "Te adoro. Conmueves mi alma cada día. Y llevas haciéndolo desde hace casi 17 años... Quiero que seas mi madre", dijo la intérprete de 28 años, provocando que las lágrimas de la reina del R&B se agolparan en sus ojos. Un tributo que se prolongó cuando tuvo que salir al escenario desde el backstage por tercera vez para recibir el gramófono al Mejor Álbum. "La artista de mi vida es Beyoncé, y este álbum para mí, Lemonade, es monumental. Un álbum tan bien pensado, tan hermoso, que permite que veamos tu alma desnuda, algo que no siempre nos dejáis ver (...) Todos los artistas te adoran. Tú eres nuestra luz", fueron las emotivas palabras que conmovieron a la mujer de Jay-Z, bellísima embarazada y con un vestido rojo que, además de un pronunciado escote, no disimulaba su prominente tripita.

DOS PREMIOS PARA LA FUTURA MAMÁ DE FAMILIA NUMEROSA

   La texana de 35 años se tuvo que conformar con el Mejor Álbum Urbano y Mejor Vídeo por Formation. "Es importante para mí mostrar imágenes a mis hijos que reflejen su belleza, para que puedan crecer en un mundo donde se miren primero en el espejo de sus familias, como en las noticias, la Super Bowl, los Juegos Olímpicos, la Casa Blanca y los Grammy, y se vean así mismos y no tengan dudas de que son hermosos, inteligentes y capaces. Esto es lo que quiero para cada niño de todas las razas", fueron sus palabras de agradecimiento.

LA ACTUACIÓN DE METALLICA Y LADY GAGA PARA OLVIDAR

   Sin embargo, el aciago homenaje de Adele a su compatriota no fue el único fallo de la noche. Si no que se lo pregunten a James Hetfield, vocalista y líder de Metallica, al que le falló el micrófono durante su actuación a dúo con Lady Gaga. El cantante acudió al rescate del micrófono de la 'mother monster', pero no escondió su frustración y enfado al final del tema cuando lanzó su guitarra, con bastante mala baba, a los técnicos de sonido.

NOCHE DE REIVINDICACIONES POLÍTICAS

   Una noche reivindicativa, el mundo de la música hizo piña contra los momentos convulsos que vive el país y en más de una ocasión apelaron a la música y a la cultura como el lugar de encuentro de todas las nacionalidades. Desde Jennifer Lopez, una de las presentadoras de la gala, que recordó unas palabras de Tom Morrison en las que el músico aseguraba que en tiempos adversos es cuando los artistas se tienen que poner a trabajar. "No hay tiempo para la desesperación, no hay lugar para la autocompasión, no hay necesidad de silencio y no hay lugar para el miedo. Así que esta noche celebramos nuestro lenguaje más universal, la música", dijo la expareja de Drake, uno de los nominados que se fue de vacío.

   Sí, el canadiense tendrá que esperar una oportunidad mejor porque en sus categorías brilló un Chance The Rapper, menos conocido por estos lares, que asumió los dos gramófonos dorados, el de Mejor Artista Revelación y Mejor Trabajo de Rap, en nombre del 'Señor', dando muestra de la enorme religiosidad de este artista de 23 años de Chicago.

A BLUE IVY LE GUSTA EL CARPOOL KARAOKE DE JAMES CORDEN

   Fue la noche en la que vimos a Paris Jackson hacer su debut como presentadora de los Grammy, de los que su padre atesoraba un total de 13; pero nos quedamos con las ganas de ver a The Weekend, la revelación del año pasado, junto a su nueva pareja, Selena Gomez. Fue la velada en la que John Travolta trató de bromear con su falta de vista, pero sin mucha gracia; también fue la ceremonia de regreso para un Ed Sheeran que no pierde su esencia e interpretó Shape Of You como hace en sus conciertos, solo con su guitarra, un sintetizador y un mezclador de sonidos a sus pies.

   Fue la ceremonia en la que Black Star, la última creación de David Bowie, fue reconocida como la Mejor Canción Rock'n Roll; la de la aparición de Queen B embarazadísima, a la que no pudimos disfrutar contorneándose, pero que volvió a llenar el escenario como si de la mismísima Virgen María se tratara. La noche en la que James Corden trataba de consagrarse al otro lado del charco, donde se pirran por su Late Night Show, pero sobre todo por su Carpool Karaoke, que tuvo su guiño en un gag musical al que se apuntó la mismísima heredera de la ex Destiny Child, Blue Ivy.

   Esperada también fueron las apariciones de Bruno Mars y sus chicos, The Hooligans, que hicieron las delicias con su segundo single, That's What I Like, y horas más tarde con el sentido homenaje a Prince, falleció el pasado mes de abril.

KATY PERRY SORPRENDE CON CHAINED TO THE RHYTHM

   Mención aparte la presentación de Chained To The Rhythm, el primer sencillo del nuevo álbum de Katy Perry. La novia de Orlando Bloom, vestida con un traje de chaqueta y pantalón blanco, con zapatillas de deporte, llevó a cabo una de sus mejores intervenciones en directo, mientras el equipo de baile daba forma a la estructura sobre la que la californiana cantara junto a Skip Marley.

   El último tributo de la 59ª edición estaba dedicado a los Bee Gees, que este año celebraban los 40 años del lanzamiento de Fiebre del sábado noche. Ante un Barry Gibb al que parecen haberle llegado los 70 años de golpe, Demi Lovato, Tori Kelly y Andra Day repasaron algunos de los temas más emblemáticos de este trío musical que barrió en los 60 y los 70 en las listas de más vendidos.