MADRID, 17 Mar. (CHANCE) -
El universo cervecero, con cada vez más incondicionales, avanza e innova a pasos agigantados. Si hace unos años las únicas alternativas eran cerveza rubia, negra o, como mucho, tostada, en los últimos años el secto ha experimentado un boom creativo logrando combinaciones y sabores únicos para conquistar a los más exigentes. Después de haber probado una cerveza con sabor a calabaza o a pimientos del padrón - creaciones de "Estrella Galicia" - ahora llega la cerveza que recuerda al vino tinto.
Los maestros cerveceros de La Fábrica de Cruzcampo en Málaga han creado Cruzcampo Grape Beer, la nueva y original cerveza que se puede degustar, hasta agotar existencias, en el céntrico barrio del Soho en Málaga.
Se trata de una cerveza que recuerda tanto por su color, como por su sabor al vino tinto. Una propuesta que demuestra en forma de cerveza, como el acento es una característica muy presente en las elaboraciones de la marca.
Así, se trata de un acento que en esta ocasión explora la diversidad cultural de nuestro país, aunando en esta elaboración cervecera dos bebidas muy presentes en nuestro territorio. "Cruzcampo Grape Beer parece vino tinto pero es cerveza", han detallado en un comunicado.
La nueva receta, de estilo grape ale característico de Italia, entra así a formar parte de la familia de las cervezas artesanas surgidas en este laboratorio creativo, gracias al talento de Juan Jiménez y Jorge Varela. "Llevábamos mucho tiempo con ganas de elaborar una cerveza que rindiese un homenaje especial a dos bebidas que nos han acompañado en nuestros años de formación y de desarrollo profesional", han comentado.
Cruzcampo Grape Beer está elaborada con malta pilsen, malta de trigo, un poco de avena y un lúpulo que aporta unas particulares notas a uva, Nelson Sauvin. Es durante el momento de maduración, tras un proceso de fermentación previo, cuando se agrega mosto de uva Angelato y las levaduras habituales presentes en la fermentación del vino, con el fin de generar un proceso similar al proceso enológico, pero sobre una base de cerveza. Será en esta segunda fermentación cuando se logre el perfil organoléptico del vino, así como un peculiar color en tonos violáceos que nos hace pensar directamente en esta bebida.