MADRID, 21 Jun. (MADRID) -
La labor de Angelina Jolie como Alto Comisionado de las Nacionales Unidas para los Refugiados es encomiable. Si hace dos días viajaba al Líbano para que su hija Shiloh conociera a Hala, una niña de 12 años que le impactó hace un año en uno de sus viajes al país de Oriente Próximo, la estrella cinematográfica se trasladaba el sábado hasta la ciudad de Mardin, en Turquía.
País que acoge a 159.000 de sirios que han huido de la miseria y la muerte que asola su país desde hace cuatro años. La pequeña de nueve años fue la que insistió en acompañar a su madre en estos viajes para conocer de cerca su labor humanitaria.
"Ha sido genial verla junto a Hala jugando y conociéndose. Muchos de los refugiados con los que he tratado son niños y es duro oírles decir que lo peor no es abandonar sus casas, sino despedirse de sus amigos", señalaba la mujer de Brad Pitt, que comentó también la avalancha de dudas que le surgieron a su pequeña.
"Es muy difícil explicarle a una niña de nueve años cómo funciona la guerra y cómo viven los desplazados. Se ha puesto muy triste, aunque espera ya con ganas que volvamos de visita", añadió.
La intérprete de 40 años eligió un estilismo negro muy sencillo, como hace normalmente en estas misiones, sin maquillar y con el pelo suelto para visitar el campo de refugiados turco de Midyat, y mantuvo una larga conversación con algunas de las personas que esperan una salida a su complicada situación de exiliados.
Acompañada por António Guterres, Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados, Jolie criticó el estancamiento del conflicto bélico. "La situación de los refugiados sirios va a peor. Los niños apenas se acuerdan ya de su país y las familias no cuentan los días que llevan lejos de su hogar. No ven cerca su regreso y se sienten abandonados", denunció la artista.