MADRID, 22 Sep. (CHANCE) -
Después de un verano de ensueño en el que ha paseado su amor con Nacho Santandreu por buena parte de la geografía española, Anita Matamoros ha reaparecido radiante en un evento en Segovia en el que demostró, una vez más, la gran relación que tiene con su hermana Laura.
Centrada en sus estudios de diseño y en su faceta de influencer - poco a poco se consolida como una de las instagrammers más populares de nuestro país - la joven continúa cerrada en banda a hablar de su padre, Kiko Matamoros, con quien lleva un año sin hablarse.
"Estoy en un momento tremendamente feliz con todo y me ha llenado por completo", confiesa Anita cuando le preguntamos por Nacho Santandreu, con quien lleva varios meses de discreta relación que prefiere mantener alejada del foco mediático que siempre la rodea y con quien por el momento todavía no se plantea dar un paso más, puesto que su sueño pasa por regresar a Milán para continúar con su formación dentro de unos meses.
Sin ocultar que se le "cae la baba" con su sobrino Javier - hijo de Javier Tudela y Marina Romero - y confesando que lo suyo no es cambiar pañales "porque se lo cambié una vez y me manché", la influencer da la campanada desvelando que tiene el instinto maternal a flor de piel y que le gustaría casarse porque, en sus propias palabras, "llevo planeando mi boda desde los 12 años": "Yo quiero ser madre joven. Lo he pensado siempre y tengo el instinto maternal súper desarrollado, aunque son muchas las circunstancias que se tienen que dar".
"Quiero ser madre joven igual que con mi madre, que a día de hoy nos llevamos poca edad y somos como amigas", confiesa, contando además como es Makoke como abuela: "Es moderna. A ella no se le puede llamar abuela, está determinantemente prohibido, pero está muy bien y se le cae la baba porque es imposible que no se te caiga".
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